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¿Qué hacer? ¿Qué camino tomar? (X parte)

El sometimiento “indio” a través de la formación de una nueva patria construida sobre las cenizas de los señoríos mayas.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

Tanto el Popol Vuh, el Título de los Señores de Totonicapán, los Anales de los Cakchiqueles entre otros documentos delimitan el patrimonio territorial que poseían –en medio de complejos procesos– los pueblos, señoríos, linajes o Estados antes del brutal sistema de destrucción, imposición y extracción desatado por las huestes españolas en Mesoamérica. Sin duda, la vivencia y permanencia de esa época –transmitida a los mayas actuales a través de la memoria histórica y social en los pueblos que sobrevivieron son pilares fundamentales–, porque esos tiempos –con las contradicciones internas que posee toda formación social– son asumidos en el presente como “tiempos de libertad”.

En efecto, la historiografía evidencia que la libertad les fue arrebatada junto con sus posesiones y fueron reducidos a “cosas” que pasaron a ser propiedad de los peninsulares y los criollos. A los pobladores originarios, de lo que hoy es Guatemala, a partir de 1524 los despojaron de lo material, de sus sistemas de vida, estructura social, jurídica, espiritual, lingüística, artística, recreativa pero fundamentalmente la colonización se enfocó en anular su derecho de humanidad y en destruir su dignidad. Esa que aún hoy, los descendientes de los peninsulares y criollos, a pesar de sus históricas disputas internas –con apoyo de operadores ladinos y mestizos– con arrogancia se niegan a devolverles bajo el argumento de la ignorancia o de la lejanía histórica.

Severo Martínez Peláez, en su magistral obra, La Patria del Criollo (1970), documenta el sometimiento “indio” a través de la formación de una nueva patria construida sobre las cenizas de los señoríos mayas y plantea: “Por eso la patria del criollo no es en modo alguno la patria del indio. El indio es un elemento de la patria del criollo, una parte del patrimonio que estaba en disputa con España”.

¿Acaso aún prevalece el “derecho de propiedad” y por eso, los descendientes de los criollos se niegan a reconocer los derechos indígenas? Severo proporciona una respuesta: los criollos asumieron a los indios como “una posesión que los antepasados habían conquistado y que era preciso conservar y ampliar, eso constituye la causa profunda del amor exaltado que el criollo sentía [y siente] hacia su mundo”.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj