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Son tiempos repugnantes y muy oscuros. Tiempos que no podremos explicarle a nuestros descendientes. Si queda alguna moral en el mundo dentro de algunas décadas, la pregunta ¿cómo permitieron que esto sucediera? perseguirá para siempre a los que hoy pudieron hacer algo. Sobre todo, ese puñado miserable de líderes y presidentes que, en nombre del “mundo libre”, permiten que los pilares básicos de eso que llamamos “humanidad” se subordinen al negocio del odio.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos López