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Carlos Figueroa Ibarra

Carlos Figueroa Ibarra

Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de agosto de 1952. A los dos años de edad, en 1954,  salió con su familia para acompañar a su padre quien había salido al exilio con motivo del derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán. En septiembre de 1958 su familia regresó a Guatemala por lo que tuvo oportunidad de vivir en el país hasta los 17 años de edad. Fue en enero de 1970 cuando  sus padres lo enviaron a estudiar a la Universidad Nacional Autónoma de México. En la UNAM  estudió la carrera de sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales  en donde obtuvo la licenciatura en sociología en 1976. Posteriormente ya viviendo su propio exilio y residiendo en México, obtuvo los títulos de maestría (1986) y doctorado (2000) también en sociología. Los tres títulos lo obtuvo con mención honorífica y fue distinguido con las medallas Gabino Barreda por su aprovechamiento en los estudios de maestría y doctorado.

El 20 de abril de 1980 salió al exilio como consecuencia de la persecución política de que fue objeto. Fue amenazado de muerte por el Ejército  Secreto Anticomunista en octubre de 1979. Tres colegas y compañeros de lucha, que junto a él formaban  parte de una lista de condenados a muerte por el ESA fueron asesinados: Julio Alfonso Figueroa, Ricardo Juárez Gudiel y Jorge Romero Imery.  El 6 de junio de 1980, la dictadura militar encabezada por el general Romeo Lucas García asesinó a sus padres Carlos Alberto Figueroa y Edna Ibarra de Figueroa.

Desde 1980 ha sido profesor investigador en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente y hasta abril de 2008 ocupa el cargo de coordinador del Posgrado de Sociología del Instituto de Ciencias Sociales  y Humanidades «Alfonso Vélez Pliego”. Inicialmente  dedicó sus preocupaciones científicas en el campo de la sociología rural. Fue así que  publicó El proletariado rural en el agro guatemalteco. 2 ediciones y una reimpresión por parte del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (1976 y 1977). El libro también fue editado por la Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), en 1980.

Después de haber sobrevivido a la represión de la dictadura militar cambió totalmente  sus preocupaciones sociológicas. Se enfocó a la sociología política y particularmente al estudio de la sociología de la violencia. Ha publicado varios de artículos sobre estos tema.

Y también libros: El recurso del miedo. (Ensayo sobre el Estado y el terror en  Guatemala). Programa Centroamericano de Investigaciones-Secretaría General del CSUCA- Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA). San José, Costa Rica Mayo de 1991 (actualmente F&G editores prepara una nueva edición).  Compiló América Latina. Violencia y  Miseria en el crepúsculo del siglo. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades y Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), México D.F. 1996.   También es autor de Los Que Siempre Estarán en Ninguna Parte. La Desaparición Forzada en Guatemala. Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades-BUAP y Centro Interamericano Para la Investigación en Derechos Humanos (CIIDH). México, D.F. 1999.

Carlos Figueroa Ibarra nunca ha ocultado sus convicciones ideológicas ni tampoco que fue militante del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) desde 1973.  A partir de 1984 se vinculó a una de sus disidencias, el PGT (6 de enero), formación política en  la cual llegó a ser parte de su dirección.  Como parte de esas convicciones  pero también con el afán de rescatar  la memoria de parte del proceso político de la Guatemala de la segunda mitad del siglo XX, publicó Paz Tejada. Militar y Revolucionario. Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala, 2001. Este libro tuvo ya una segunda edición en 2003 por F&G editores. También  en colaboración con Salvador Martí i Puig compiló La izquierda Revolucionaria en Centroamérica. De la lucha armada a la participación electoral. Los Libros de la Catarata, Madrid 2006. En 2010 publico ¿En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda y gobierno en América latina, Editorial F&G /FLACSO Guatemala el cual se agotó rápidamente y se prepara la segunda edición.  El próximo libro que publicará sobre el tema de la izquierda revolucionaria e insurgente será  Guerrilleros y Clandestinos. Violencia y Revolución en Guatemala 1954-1972.

Actualmente  combina sus trabajos acerca de Guatemala con trabajos sobre el actual proceso político mexicano.  Sobre este tema ha sido editor  junto a Florencia Correas Vázquez y Pedro Hernández Ornelas del libro Poder Político y sociedad. Diez Ensayos aproximativos, Plaza y Valdés Editores, México D.F. 2007. En 2008  esta misma editorial publicará el libro México, de la utopía compartida a la nación dividida organizado junto con Florencia Correas Vázquez, Pedro Hernández Ornelas y Gloria Marroni. En proceso de publicación  se encuentra ¿Posneoliberalismo en América Latina? Los límites de la hegemonía neoliberal en la región, el cual será editado en colaboración con Blanca Cordero Díaz.

Actualmente hace vida conyugal con Lisett Santa Cruz Ludwig, cubana de origen,  con quien  tiene dos hijos  Camila (1995) y Sebastián (1998). Estuvo casado en primeras nupcias con Ana Lorena Carrillo Padilla con quien procreó a Alejandro (1978).

Heroica Puebla de Zaragoza, 20 de noviembre de 2007.

Adendum  del 23 de mayo de 2009.

El exilio siempre es como una larga avenida donde solamente deambula la tristeza, como lo dijera alguna vez Otto René Castillo. Pero para mí México, adonde llegué a mediados de junio de 1980, no era un país extraño. Había pasado allí mi primera infancia cuando mis padres salieron al exilio en 1954, había regresado en 1970 a estudiar  la carrera de sociología y luego de nueva cuenta en 1975 a continuar mis estudios de posgrado. Tenía muchos amigos y recuerdos entrañables. Fueron decisivos para que finalmente encontrara trabajo en la Universidad Autónoma de Puebla. No había corrido similar suerte en Costa Rica, adonde llegué el 20 de abril de 1980 y de donde salí poco después del asesinato de mis padres sin haber encontrado  una ubicación.

A diferencia de  buena parte de mis compañeros de exilio, siempre supe que el destierro sería largo. Tenía el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad como alguna vez escribiera Antonio Gramsci. Y sucedió lo que preveía, regresé a Guatemala una semana en 1987 con un grupo de exiliados que volvimos a México más corriendo que andando por las amenazas de las cuales fuimos objeto. Así las cosas, no fue sino hasta  mediados de 1992, cuando regresé a Guatemala a presentar mi libro sobre terrorismo de estado,  que pensé que mi exilio  había terminado. A partir de ese momento todos los años por distintos motivos voy varias veces  a Guatemala y he terminado por convertirme en un guatemalteco mexicano. Mi acento  al hablar es un híbrido entre mexicano y guatemalteco aun  cuando en los momentos en que  hablo con guatemaltecos o mexicanos se me hace más manifiesta una u otra manera de hablar.

En mí coexisten el entrañable amor al cielo, los volcanes y el colorido multicultural  de mi patria de origen, con las huellas culturales que me han dejado los largos años en México. Coexisten mi compromiso emocional, político y académico con Guatemala con el gusto por la historia, la música, la comida  y la vida en México. Conviven en mí, el sentimiento  de  que allí en  esos lagos, montañas y volcanes está la tierra de mis ancestros, la tumba de mis padres y el sentimiento de que en México, en Puebla particularmente, se encuentra mi hogar, mi mujer y mis hijos más pequeños. En mi memoria coexisten los recuerdos de la primera novia, los amigos entrañables de la infancia y primera juventud,  con los amores y amistades que he construido en la patria que le dio cobijo  a mis padres en 1954 y a mí en 1980. Por fortuna, el destierro no me volvió un apátrida, sino en  alguien con dos patrias: la que me vio nacer y  la que me salvó la vida.

Carlos Figueroa Ibarra.

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