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Estado cooptado (III y final)

Guatemala ha cambiado poco de la descrita por Carpio Nicolle hace 27 años.

María Aguilar

En 1989, en una reunión entre el recién estrenado gobierno de Vinicio Cerezo y donantes, el vicepresidente Roberto Carpio Nicolle respondió a un miembro de la misión europea, sobre las garantías hacia la población:

“Usted me pregunta sobre garantías específicas y yo no le puedo dar una respuesta adecuada. No está en mi poder prometerle una solución concreta en sus finos términos europeos. Yo fui un periodista destacado durante los años de los militares y de la represión. He sido amenazado y he tenido que irme al exilio para protegerme. Ahora soy el Vicepresidente y por el momento estoy actuando como Presidente del país. He escrito partes esenciales de la Constitución. Aparentemente, estoy investido con poder político. Pero en realidad, mis amigos, yo tengo que compartir poder con muchos actores, algunos invisibles. En este país, los militares aún mandan. Esta es Guatemala, mis amigos, ustedes no pueden implementar un programa de gobierno sin su permiso implícito. Y después, claro, están las fuerzas paramilitares, los escuadrones de la muerte que usted menciona. Está bien ¿qué sugiere que haga con ellos? Ellos están presentes y ausentes al mismo tiempo. Ellos están en ningún lado y en todos lados. Y ellos piden su cuota. Luego están los traficantes de drogas, las mafias. Claro que yo debería de negar su existencia, así como debería de negar a los militares, la policía, los criminales y capos de droga. Pero estamos en Guatemala y su presencia es una realidad. Y luego está el problema del CACIF. Ellos consideran cualquier pequeño aumento de impuestos, del 2 o 3 por ciento, como comunismo y ¡los militares les creen! El CACIF controla la economía nacional entera. Entonces, considerando todos estos factores, ¿qué tipos de garantías me pide usted?”

Guatemala ha cambiado poco de la descrita por Carpio Nicolle hace 27 años. Sus palabras evidencian cómo la transición democrática de 1985 no representó una transformación de las instituciones del Estado sino que se heredó un Estado cooptado. Dado lo que sabemos de las redes de corrupción de una sola administración ¿qué tipo de cambios esperamos lograr sin una refundación del Estado?

Luego están los traficantes de drogas, las mafias. Claro que yo debería de negar su existencia, así como debería de negar a los militares, la policía, los criminales y capos de droga. Pero estamos en Guatemala y su presencia es una realidad.

http://elperiodico.com.gt/2016/07/04/opinion/estado-cooptado-iii-y-final/

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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