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La niñez y la guerra I

María Aguilar

El 2 de marzo pasado, el juez Víctor Herrera envió a juicio a los militares Benedicto Lucas García, Manuel Antonio Callejas, Edilberto Letona Linares, Hugo Ramiro Saldaña y Francisco Gordillo, acusados de crímenes contra los deberes de la humanidad y desaparición forzada por el secuestro del niño Marco Antonio Molina Theissen en la capital en 1981. Así como de violación sexual y tortura contra su hermana Emma Guadalupe.

Es imposible catalogar en niveles de horror y sufrimiento los casos de violaciones a derechos humanos ocurridos durante el conflicto armado. Todos evidencian la bestialidad del Estado guatemalteco y de sus fuerzas de seguridad. No obstante, el caso de Marco Antonio, exige indagar sobre el rol de la niñez en el conflicto armado. En las discusiones sobre la planificación del terror que realizó la burocracia militar, poco se discute sobre cómo el Estado
no diferenció edad al destruir al enemigo interno, lo que se tradujo en masacre, asesinato,desaparición y robo de cientos de niños.

Marco Antonio tenía 14 años cuando fue arrebatado de su hogar frente a los ojos de su madre, Emma Theissen Álvarez. El acto fue una venganza por el escape de Emma Guadalupe de la tenebrosa base militar 17-15 de Quetzaltenango, a donde la llevaron luego de detenerla ilegalmente en la carretera Interamericana. Allí fue torturada y violada.

Marco Antonio es solo un caso de un estimado preliminar de 800 niños desaparecidos durante el conflicto, según la Liga de Higiene Mental (Anleu 2005). Un estudio de la ODHAG del 2002 sobre desaparición de niñez en el área rural, establece que el Ejército fue el responsable del 92 por ciento de las desapariciones, las PAC de un tres por ciento y la guerrilla de un dos por ciento, dejando un tres por ciento sin poder aún adjudicar responsabilidad. Asimismo, estiman que el 71 por ciento de desapariciones de niños y niñas ocurrieron entre 1980 y 1982. Del total de los datos contabilizados
sobre la niñez desaparecida, más del 80 por ciento eran originarios del área rural (ODHAG 2002).

Estos datos, son una pequeña muestra de cómo desaparecer a la niñez también fue una estrategia de guerra.

…poco se discute sobre cómo el Estado no diferenció edad al destruir al enemigo interno, lo que se tradujo en masacre, asesinato,desaparición y robo de cientos de niños.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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