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El guatemalteco ¿un ser irresponsable?

Manuel Villacorta

La educación política y la responsabilidad social son dos elementos fundamentales para las verdaderas democracias. La educación política es la formación que tanto los padres de familia como los maestros le enseñan a los niños y a los jóvenes, mediante lo cual estos comprenden con precisión la historia de su país así como el origen y los efectos de todos los problemas y desafíos que se presenten. La responsabilidad social es un eje transversal que cruza a todos los ciudadanos, mediante lo cual la participación, la proposición y la fiscalización a las autoridades, siempre están presentes.

Analicemos ahora el caso de Guatemala. Si el modelo educativo nacional está considerado como uno de los peores del mundo, sería imposible creer que poseemos tan siquiera un mínimo nivel de educación política. ¿Podría la mayoría de los jóvenes y adultos responder con propiedad las siguientes preguntas?: ¿Quiénes fueron los dos dictadores más emblemáticos del siglo XX? ¿Mencione cinco logros institucionales producto de los dos gobiernos de la Revolución de 1944-1954? ¿Por qué surge la insurgencia en Guatemala y por qué se llega firmar el Acuerdo de Paz Firme y Duradera en 1996? ¿Qué significa y qué motivó la transición política del autoritarismo a la democracia en nuestro país? ¿Por qué si todos los presidentes de la llamada era democrática están vinculados a serios casos de corrupción, solamente uno ha sido juzgado y guarda prisión? La ausencia de respuestas nos haría llegar a la conclusión de que en Guatemala no existe educación política.

En cuanto a la responsabilidad social consideremos el caso en función a estos aspectos de importancia capital: nacen 1,200 niños al día, medio millón de niños al año, ello sin que el país tenga la más mínima capacidad para ofrecerles una vida digna. El 80% de los ríos están contaminados. En menos de 30 años producto de la deforestación perderemos absolutamente todos nuestros bosques.

Veinte guatemaltecos mueren diariamente producto de la violencia, más de 7 mil al año. No existen procesos de urbanización responsables, solo en el municipio de Guatemala hay más de 500 asentamientos humanos establecidos. De cinco niños que ingresan a la escuela solo uno termina la educación básica. ¿En dónde está nuestra postura y la responsabilidad social respecto a estos agobiantes y alarmantes problemas?

Realmente estamos mal. Muy mal. Salimos a las calles (en las áreas urbanas) para exigir la renuncia y el enjuiciamiento de una administración inepta y corrupta. Pero no volvimos a expresarnos jamás. Como si ya estuviésemos gobernados por una administración proba, eficiente y responsable. Como si Guatemala ya hubiese superado su larga noche de problemas y fracasos. Anestesiados ante un absurdo Barsa/Real Madrid, embriagados antes, durante y después de las celebraciones navideñas. Electrónicamente petrificados día y noche ante el Facebook. Corriendo encamisetados de verde limón cada 30 días simulando un culto maratónico a una cultura deportiva inexistente.

Sin cultura política y sin responsabilidad social seguiremos siendo lo que somos: un pueblo amorfo, sin espíritu y lo peor, sin futuro. ¿Somos o no un pueblo mayormente irresponsable?

Realmente estamos mal. Muy mal. Salimos a las calles (en las áreas urbanas) para exigir la renuncia y el enjuiciamiento de una administración inepta y corrupta. Pero no volvimos a expresarnos jamás. Como si ya estuviésemos gobernados por una administración proba, eficiente y responsable. Como si Guatemala ya hubiese superado su larga noche de problemas y fracasos.

Fuente: [http://www.s21.gt/2016/10/irresponsable/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Manuel R. Villacorta O.