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Creompaz III

Los sobrevivientes de Plan de Sánchez tenían razón.

María Aguilar

Para arribar a la aldea de Plan de Sánchez, del municipio de Rabinal, departamento de Baja Verapaz, se debe utilizar vehículo propio o el pick-up que transporta a los maestros a las alejadas, deficientes y escasas escuelas de la región. Una vez allí, sobresalen sus pequeñas casas con techos de teja. Y al llegar a la sencilla capilla de la comunidad se encuentra una placa que dice:

“El Sol no se puede tapar con un dedo

Jesucristo masacrado, torturado y carbonizado en el caserío de Plan de Sánchez, el día 18 julio de 1982. Aquel día fueron masacrados y carbonizados 180 campesinos entre hombres, mujeres, niños y niñas de meses y pocos años de vida.

Los responsables de esta muerte y destrucción de vidas humanas y de la comunidad fueron el ejército de Guatemala y los judiciales de Rabinal […]

Basta ya, ya no más impunidad, que no se repita este salvajismo y cobardía, queremos justicia para los que cometieron los crímenes pues el Sol no se puede tapar con un dedo.

Deseamos que cada sobreviviente y descendiente conozca y recuerde cómo fueron masacrados sus familiares y que jamás se les borre de la memoria.

Exigimos justicia y castigo para los asesinos de nuestro pueblo que desde el cielo vela porque ese día llegue”

Y en efecto, tras una lucha férrea de los sobrevivientes y ante la indiferencia del Estado, la masacre de Plan de Sánchez fue llevada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la cual la transfirió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que en el 2004 emitió sentencia condenatoria contra el Estado de Guatemala. Posteriormente, en el 2012, un juzgado nacional condenó a cuatro expatrulleros y un excomisionado militar por su participación en la masacre. Como parte de la sentencia, el tribunal ordenó continuar con las investigaciones de la matanza, lo que llevó al Ministerio Público a obtener testimonios que evidenciaron la existencia de un cementerio clandestino en la Zona Militar No. 21, en Cobán, Alta Verapaz. Esas son las osamentas que hoy son parte del caso Creompaz.

En efecto, los sobrevivientes de Plan de Sánchez tenían razón: “El Sol no se puede tapar con un dedo”.

«El Sol no se puede tapar con un dedo…»

http://elperiodico.com.gt/2016/05/23/opinion/creompaz-iii/

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

María Aguilar Velásquez
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