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Este acuerdo fue ofrecido por Jimmy Morales como una forma de comprarse, él y quienes le apoyan, impunidad luego que deje la Presidencia.

Irma A. Velásquez Nimatuj

Indignación ha causado en diferentes círculos nacionales que el ministro de Gobernación Enrique Degenhart, en nombre del Estado de Guatemala, firmara ayer, a nuestras espaldas y sin el consentimiento de los otros poderes del Estado, un acuerdo de Asilo con los Estados Unidos. Al momento de escribir esta columna no se conocen aún las implicaciones que acarreará para nuestro país, para las instituciones del Estado pero sobre todo el impacto que generará en la vida diaria de los pueblos que intentan sobrevivir en un país, cuyas mayorías han sido arrastradas por su presidente y las desalmadas elites a vivir permanentemente en la bancarrota.

Este acuerdo fue ofrecido por Jimmy Morales como una forma de comprarse, él y quienes le apoyan, impunidad luego que deje la Presidencia, ante la cantidad de delitos que ha cometido, incluyendo enriquecimiento desmedido, gracias al fomento de la corrupción en todos los niveles del Estado.

El acuerdo le llegó a Donald Trump como maná caído del cielo, ante las crisis migratorias que enfrentan algunos países del Caribe, Centroamérica, Sudamérica, Asia y África, cuyos ciudadanos escapan de múltiples opresiones, que en la mayoría de casos son producto del sistema económico mundial que ha enriquecido a un pequeño sector a costa de empobrecer a las mayorías, al destruirles sus medios de vida y de autosuficiencia, por eso, miles de seres humanos buscan llegar a los EE. UU., cuyo gobierno se ha cegado y no reflexiona que, a mayor concentración de la riqueza en su territorio, la probabilidad de vivir acechados por los hambrientos aumentará.

Ante esto, no es cerrando las fronteras de los países ricos como se pararán las olas migratorias, no es hostigando a países muertos de hambre, como Guatemala, a que firmen acuerdos para evitar que las personas continúen su marcha. El papel aguanta con todo, especialmente en nuestras regiones pero ningún acuerdo detendrá en la cotidianidad la lucha humana por escapar de las injusticias. Por eso, este acuerdo es un salto al vacío de Morales porque ni con toda su lambisconería ni crueldad logrará convertir a nuestro país en una jaula, buscando detener la migración, porque la vida misma encontrará nuevos caminos para reproducirse.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj