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Sigue el culebrón venenoso

Parece más largo que Bety la fea.

Mario Roberto Morales

El miércoles 7 de enero —cuando se publicó mi artículo denunciando la desobediencia de lo mandado en el sello municipal número 123-2014 (expediente 2142-2013) por parte del propietario de la planta industrial contaminante (llamada Ros’s Fashion) situada en la Avenida Elena “C” 14-38 Zona 1, Pedro Rolando Pastor Celidón (NIT 2328570-2)— me recibió en su despacho el Juez de Asuntos Municipales de la Municipalidad de Guatemala, Jonathan Méndez, y me explicó que al citado propietario le corresponde pagar multas por delitos contra la administración pública y las disposiciones municipales, y que, además de imponer la sanción mencionada, él mismo pasaría la información correspondiente a la Dirección del Patrimonio Cultural del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH) para que actúe en este caso de agresión contra el Centro Histórico.

Yo le conté que, además, los vecinos afectados estamos accionando penalmente contra Pastor Celidón ante la Fiscalía de Delitos contra el Ambiente y la Fiscalía de Delitos contra el Patrimonio Cultural de la Nación, ambas del Ministerio Público (MP). Estas sanciones son mucho más duras que aquellas contra la administración pública. Basta con darle una ojeada a la ley. Y de seguro hay otras sanciones por engañar a la Municipalidad solicitando una licencia para operar un tipo negocio pero echando a andar otro de una naturaleza distinta. Porque, en efecto, Pastor Celidón engañó a la Municipalidad solicitando un permiso para un negocio de tipo comercial, el cual le fue otorgado según consta en la información catastral 01 0392 005, pero, en cambio, instaló una planta industrial de fabricación de pantalones con teñido y secado de telas, la cual contamina con desechos tóxicos y ruido de maquinaria el vecindario colindante. En el informe catastral, este individuo da la dirección 7 avenida 33-00 zona 3 para recibir notificaciones.

Tal como me lo había indicado el Juez Méndez, el lunes 12 de enero llegaron funcionarios del Juzgado de Asuntos Municipales a Ros’s Fashion para ratificar su cierre de ley y para imponerle a su propietario una multa de 250 mil quetzales por desobediencia (expediente 306-2014), en el entendido de que, si incumpliere esta disposición, el Juzgado recurrirá a la fuerza pública. Tengo en mi poder una copia de esta sanción, la cual los vecinos estamos adjuntando a nuestras denuncias penales.

Cuando los funcionarios municipales llegaron al negocio ilegal de Pastor Celidón, éste los recibió con insultos contra la Municipalidad y gritando que no cerrará su planta industrial no importando quién se lo ordene. Y, en efecto, su maquinaria ruidosa y contaminante funcionó a lo largo de todo ese día y así ha seguido en los días subsiguientes. Asimismo, se negó a firmar el acuse de recibo del expediente de sanción, aunque sí lo recibió. De los cinco sellos estampados sobre la entrada de esta empresa contaminante, quedan sólo cuatro, pues el que se colocó en la puerta principal fue violado. Solicito por ello al Juez recurrir al Ministerio Público de inmediato.

Se ve que a Pastor Celidón le gusta jugar brusco. Los vecinos tendremos que hacerlo también. Así es que ya veremos a cómo nos toca. Agradezco al Juez Méndez sus buenos oficios y al MP su esperada intervención eficaz. A ustedes, leales lectores, los mantendré informados. Porque el culebrón de la industria venenosa se está alargando más que Bety la fea.

Mario Roberto Morales
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