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Irma A. Velásquez Nimatuj

Me pregunto si el absurdo tiempo que pierden los estudiantes en Guatemala, desde la preprimaria hasta el diversificado, en desfiles, bandas, carrozas, antorchas, reinas, entre otras insensateces, les permite cuestionarse ¿la Independencia de quién celebran?

¿Sabrán los estudiantes que están festejando la libertad de los criollos? Esa elite que junto a sus lacayos y empleados, colocados en diferentes niveles e instituciones del Estado, están justamente celebrando el retorno de Guatemala a su estado anterior a 2006. Cuando la impunidad reinaba y aún no se había instituido la CICIG, que evidenció cómo ellos han convertido la institucionalidad pública en un botín para mantener el control económico y la justicia en una bufonada que solo se aplicaba a los pobres e indios.

No cabe duda que el control ideológico y económico es una amalgama perfecta, que transmitida a toda hora, a través de medios de comunicación, que son de su propiedad o están al servicio de la oligarquía funcionan, porque usan como vehículo el decadente sistema educativo, los púlpitos de las iglesias y las redes sociales para propulsar sistemas que reprimen o adormecen a las mayorías. Por eso, financian desde festivales de música, discursos nacionalistas, mensajes amenazantes desde el Congreso, hasta la venta de bebidas alcohólicas en cada esquina sin ningún control.

Mientras tanto, los estudiantes invierten días en plazas, carreteras, estadios o en parques bailando, brincando y celebrando una falsa Independencia. Tiempo que las elites aprovechan para impulsar políticas para bajar salarios. Y es que si pudieran implementarían las leyes de trabajo forzado del siglo xix y principios del xx, para someternos legalmente a todos los indígenas, “shumos”, mestizos y ladinos pobres para servirles en sus fincas, empresas, maquilas o donde nos necesiten.

Por eso, mientras la población festeja ellos impulsan Estados de Sitio, apoyan que se gasten 21 millones de quetzales en remozar un palacio, mientras hacen silencio frente a los niños pobres detenidos en las fronteras.
Los estudiantes en lugar de marchar o disfrazarse de “indios” deberían invertir esas horas en reflexionar y aprender sobre su historia a través de debates, lecturas y eventos críticos, que les llevara a reflexionar sobre su pasado, para entender su presente y contribuir a diseñar la verdadera independencia.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/09/14/la-independencia-de-las-cruces/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj