Ayúdanos a compartir

Celebrar un bicentenario que nadie valora ni reconoce, reproducir la iconografía criolla, derrochar recursos que hoy en medio de la pandemia son urgentes para salvar vidas, es un agravio, una afrenta, un crimen. Por eso rechazamos la frivolidad ideológica que nos pretende engañar con una patria libre, cuando todos sabemos que vivimos en un país cautivo, presa de la corrupción y la impunidad.

Este poema de Irma Alicia Velásquez Nimatuj, convertido en libro por Ediciones del Pensativo, es un homenaje a todas las personas que a través de la cuenta larga han resistido, cuestionado y transgredido un orden que no merece más que pasar a la historia, para que florezca libre una Iximulew donde el bienestar no sea utopía, donde podamos vivir en armonía y con dignidad.

Ana Cofiño

Doscientos años que gritan lucha

Fragmento

El desmoronamiento de la valentía
fue fraguado desde el norte
desde la catedral y el confesionario
desde el cuartel
la mansión y la finca
en el campo de golf y en el bar

Arribó en el cincuenta y cuatro
vestida de soberbia
proclamándose día
aunque en verdad era la CIA
que escondía la traición
en racimos de bananos

El derrumbe no fue falta de coraje
fue el corolario de una aniquilación

Así llegaron los traidores
con uniformes impecables
con sotanas que cubrían el racismo
con trajes de época
buscando implantar sus orígenes coloniales

Regresaron los amos
quienes en nombre del anticomunismo
abrieron las compuertas del infierno

Entraron por oriente
a caballo
cargando al cristo.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj