Quien diariamente nos oye:
Dios quiera,
primero dios,
dios lo permita
madre santa,
bendito sea dios,
que dios te acompañe,
gracias a dios,
no puede imaginar, no tiene pistas para creer
que ni el umbral de tu casa o la mía
es frontera para el sálvese quien pueda,
el hambre, la pesadilla brutal,
la ley de la selva.
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