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La ciudadanía amplía su conquista

Edgar Gutiérrez

Alegría y diversidad, eso vi el sábado 30 en la Plaza. No es una manifestación. Son muchas, como pequeñas corrientes con vida propia en un inmenso océano. Un grupo de teatro desfilaba en perfecto orden portando carteles de ‪#‎RenunciaYa‬ y consignas en contra de los “dipucacos”. Una, qué digo, muchas familias en diferentes puntos saltaban, y con pitillos y sus brazos en alto lanzaban gritos furiosos de desdén en contra de los políticos. Frente al Palacio se concentraba el mayor ruido y energía, y la población era más densa. En algún momento hubo danza, música y representaciones.

En una carpa muy bien montada se recogían firmas en apoyo a la reforma política. En las expresiones hay una reivindicación profunda de la política como servicio público. Ante mis ojos desfilaban en carteles frases de José Mujica, el expresidente de Uruguay: “A los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política.” Y de Martin Luther King. “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos.”

Este sábado además de la concentración vespertina masiva hubo diversas actividades desde la mañana y hasta medianoche. A partir de las 6 a.m. una oración en la Plaza. Más tarde, a las 10 a.m. una asamblea de estudiantes en el campus de la Universidad Landivar y actividades en la San Carlos, donde se entremezclaban familias que asisten a los Cursos Libres, estudiantes, profesores y dirigentes campesinos. Mientras en el parque Morazán, al mediodía, convocados por HIJOS, confeccionaban creativas pancartas; en la tarde CEUG (la Coordinadora de Estudiantes Universitarios) y ProtestArte llamaban a una reforma a la Ley Electoral, y otras organizaciones, Lectores Chapines, Cambiemos Guatemala y Danza Contemporánea levantaban el grito de “¡Renuncia Otto Pérez!”. En la noche Ciudadanos concluyó una emotiva marcha frente a la Corte Suprema de Justicia.

La gente ha salido a reconquistar el espacio público que le pertenece y le fue arrebatado desde hace tres generaciones. El 25 de abril de 2015 quedará asentada la partida de nacimiento de esta ciudadanía que ha salido, durante cinco semanas ya, a reivindicar el buen ejercicio de la política. No quieren este sistema, por tanto, rechazan la reelección. Ansían una reforma que permita la sana regeneración del tejido político. Hay que encontrar una fórmula constructiva que permita edificar un “país distinto”. Es claro que los partidos, los diputados, el Gobierno y todos los que se han beneficiado del sistema se mueven resbaladizos y hasta agresivos viendo como salvan su gallina de los huevos de oro. Enclaustrado, me dicen, el presidente Pérez pende de un delgado hilo. La señal anticipada de su caída, me indican, será la renuncia de Gustavo Martínez, su secretario más cercano.

La gente ha salido a reconquistar el espacio público que le pertenece y le fue arrebatado desde hace tres generaciones.