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Así funciona la doble moral guatemalteca

Ilka Oliva Corado

Con una simple fotografía que explica con manzanas y desbanca a cualquier maestría o doctorado en universidad, la sociedad guatemalteca muestra su doble moral. Hace unos días la fotografía de un niño lustrador de zapatos comiendo en la calle se hizo viral en las redes sociales, y válgame, ¡eran letanías! Ahí rezaban rosarios, bajaban a todos los santos del cielo y remataban con amén, a todo. Imploraban misericordia y que el Espíritu Santo cuidara de “esa pobre criatura” y en las mismas maldecían a sus padres. ¡Madre perversa que tiene a su hijo trabajando! ¡Padre desobligado que no se hace responsable! ¡Pobre niño, que Dios lo guarde! Y de ribete el santo y seña de las familias disfuncionales.

Todo esto desde la comodidad de un teléfono celular y una computadora, de este tipo de gente es de la que habló Umberto Eco cuando se refirió a la forma en que infestan las redes sociales con sus idioteces. ¡Son parvadas! Es el tipo de gente que está en contra del Matrimonio Igualitario, del derecho al aborto, es gente homofóbica, fanática rematada. Gente que vio en Jimmy Morales y su banda el reflejo de lo que son individualmente y en colectivo. Aquellos que son “pro familia” pero que jamás adoptarían a niños abandonados que terminan creciendo en las calles o muriendo de hambre e infecciones en los basureros.

Y ahí estaba el niño lustrador, con su plato de comida y su carita agachada llevándose la cuchara a la boca, con su plato sobre una banqueta de una calle cualquiera. Y la gente oraba en las redes sociales, otros más abusados se creyeron enviados de Dios y dijeron que desde ahí lo bendecían porque tenían el poder que Jesucristo les había dado, que a partir de ese instante ellos declaraban que su vida iba a cambiar. Que el niño era honrado y que por trabajador tendría una vida buena. Decían que era niño ejemplar por trabajar. Y así, usted se imaginará el rosario…

Ninguno dijo que el culpable de que ese niño no estuviera en la escuela o jugando era el Estado fallido y la sociedad mediocre que lo escogió. Ninguno ni por joder, mencionó la calamidad en que la que está Guatemala debido a los desfalcos millonarios de verdaderas clicas criminales que pululan en el gobierno. Tampoco ninguno cuestionó la responsabilidad colectiva para que un niño estuviera comiendo sobre una banqueta con su caja de lustrar zapatos al lado. ¿Cuál vida integral? ¿Cuál oportunidad de desarrollo?

Ahora bien, pero si ese niño que va creciendo en la calle, ensimismado, olvidado por la sociedad, obligado por las circunstancias, al que se le secó el alma y la vida, se convierte en delincuente y un día roba un pedazo de pan, una billetera, un teléfono celular o es enviado a cobrar una extorsión, ¿cuál será la reacción de los mismos que hoy en día oran por él y lo felicitan por ser uno más de los explotados en la infancia?

Si un día ese niño viola porque lo violaron durante años en las calles, o golpea o insulta porque fue eso lo que recibió de las calles, si un día ese niño muerto en vida se convierte en asesino, ¿qué le dirá la sociedad que hoy está enviándole bendiciones en nombre de sus dioses?

Si un día ese niño se convierte en mula, y transporta droga de los verdaderos capos de la sociedad, y resulta detenido en un operativo, sale en televisión, ¿qué dirá la sociedad que hoy lo dejó solo?

Si ese niño para olvidar el abandono, el trabajo forzado, su vida de miseria y abusos, se droga y llega un arma a sus amos y sale a la calle a disparar, hiere a alguien y lo detienen y va a dar a una cárcel correccional o de una vez a Pavón, ¿qué dirá la sociedad que hoy siente misericordia al verlo con su caja de lustrar zapatos?

Yo les voy a decir qué dirá: dirá que piden la pena de muerte para él, dirá que lo quemen vivo a él y a los suyos. Dirá que es una lacra de la sociedad y no merece vivir, que no existen los derechos humanos para él.

Si a ese niño muerto en vida, un día le ofrecen droga a cambio de asaltar un autobús y lanzar una granada, lo hará sin pensar, ¿porque qué es la vida para alguien que está muerto en vida? ¿Quién le dio la granada de uso exclusivo del ejército, cuál es la finalidad de hacer explotar un autobús con una granada?

Si un día le dan un arma y lo amenazan con que le van a matar a toda la familia sino se sube a un autobús y le dispara al piloto. ¿A quiénes les conviene una sociedad paranoica e intimidada? ¿Al niño de la calle? ¿A quiénes les beneficia una sociedad idiotizada?

¿Cómo llegan las armas de uso militar a manos de los niños y adolescentes que terminan siendo carnada para las clicas criminales que pululan en la burguesía?

Es un camino largo el que tuvo que recorrer una criatura para convertirse en un asaltante, violador o asesino. Y no estuvimos con él cuando nos necesitó, no fuimos capaces de cambiar el sistema para que su vida fuera integral y viviera una niñez y una adolescencia saludable y tranquila: feliz.

Entonces, ¿con qué moral los señalamos si somos los únicos culpables? ¿Los padres? ¿Y si los padres tuvieron una infancia y una adolescencia infernal? ¿Si sus padres fueron abusados también? ¿Si se drogan desde la infancia? ¿Si también están muertos en vida? ¿Los vamos a culpar de traer hijos al mundo? Les decimos galopantes, desde nuestra comodidad: ¡Son unas familias disfuncionales! ¿Y las nuestras qué son? ¿Pétalos de rosas?

Así es como funciona la doble moral guatemalteca, así es como hacemos más invisibles a los invisibles, así es como los abusamos, re victimizamos y obligamos a vivir extremos indeseables para cualquier ser humano.

Quedan muchas preguntas en el aire, están ahí desde hace siglos. Sin un proyecto de desarrollo en colectivo, sin un Estado responsable y sin una sociedad humana, nuestros niños seguirán yendo a parar a las correccionales y cárceles que lo único que les ofrecen es más violencia, el suicidio o el asesinato por añadidura.

Ahora imaginemos al niño lustrador, no pasa de cinco años, imaginémoslo en la escuela, revolcándose en el campo jugando, con su bolsita de cincos, o con una muñeca, siendo feliz. ¿No es eso lo que queremos para nuestros hijos? ¿Entonces por qué obligamos a los hijos de otros a vivir el abuso de nuestra sociedad cachureca y desconsiderada? Todos los niños son nuestros niños, son nuestra responsabilidad en colectivo. ¿Pediríamos la pena de muerte para ese niño?

@ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

27 de marzo de 2017, Estados Unidos

Fuente: [https://cronicasdeunainquilina.com/2017/03/27/asi-funciona-la-doble-moral-guatemalteca/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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