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“Yo no tengo Presidente”

Irmalicia Velásquez Nimatuj

Por esta incapacidad, la cabeza del Ejecutivo y cuatro diputados han dado declaraciones esta semana que ponen en vergüenza al país.

Ni el Ejecutivo ni el Legislativo dan para más. Sin embargo, la responsabilidad del fracaso está en quienes sostienen el sistema, desde las mayorías indiferentes hasta las elites pasando por la prensa, especialmente la servil al poder, porque es la que enaltece candidaturas pagadas, respaldando, así a cualquiera que aspira a dirigir el país o que busca llegar al Congreso.

Y allí están las consecuencias, un Ejecutivo que ganó por un falaz eslogan que se vendió como producto que terminó siendo falso, y quien además de cobijar la corrupción miente permanentemente. Ahora muchos se rasgan las vestiduras, sin aceptar que se trataba de una candidatura sin capacidad porque en ninguna página de la historia universal se encuentra a un estadista vendiéndose como producto de supermercado. Un estadista se forja, se quema las pestañas aprendiendo y reflexionando sobre su historia y la historia mundial. Enfrenta la soledad que trae el estudio, la elaboración de análisis y propuestas propias, el aislamiento que provocan los procesos de introspección que muy pocos comprenden y apoyan.

En el mismo camino están las y los diputados, igual de incapaces, muchos ni conocen a fondo la Constitución, ignoran su país y sus necesidades. Se remiten a sus cuatro paredes y creen que solo sus urgencias son prioritarias, incapaces de romper su burbuja, asumen que la mayoría aspira a la vida superficial e individual que ellos arrastran. Olvidando que llegaron por un golpe de suerte y no porque respondan al perfil que se requiere, por eso, saben de todo, menos legislar.

Por esta incapacidad, la cabeza del Ejecutivo y cuatro diputados han dado declaraciones esta semana que ponen en vergüenza al país. El primero declarando que “la corrupción es normal” y los segundos, expresando que al llamarlos “idiotas” por gastar más de US$7 millones para sacar de Guatemala a diplomáticos y funcionarios que no se alinean con las elites corruptas, quieren ahora pasar la brasa haciéndonos creer que no son ellos los idiotas sino que se trata de un insulto al país. Ante esto, hay que tomar distancia y como decía una de las pancartas en la plaza, “yo no tengo presidente” y además, ninguno de estos cuatro diputados me representa.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2017/06/24/yo-no-tengo-presidente/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj