La juventud LGBTQ+ tiene derecho a una vida plena
Si aspiramos a una Guatemala distinta no podemos construirla anclándonos en la discriminación hacia la población LGBTQ+.
Irmalicia Velásquez Nimatuj
Frente a los múltiples problemas que vive Guatemala, está la homofobia y discriminación hacia los jóvenes de las comunidades LGBTQ+ que les impide gozar de derechos y tener una vida normal, plena y feliz dentro de sus propios marcos. La hostilidad hacia estos sectores se respira en múltiples espacios de los distintos pueblos del país y atraviesa las diferentes clases sociales que tienen en común practicar una doble moral que no acepta reconocer y aceptar la opción sexual de esta juventud.
La población LGBTQ+ mantiene una batalla en solitario pero es más difícil en el interior del país, en donde se enfrentan a la persecución de sectores conservadores que hipócritamente se asumen cristianos pero que son practicantes solo dentro de sus templos porque fuera son los que más condenan a estas comunidades.
En los últimos años, he sido testigo de varias formas de suicidio de jóvenes LGBTQ+ y cuando como sociedad empezamos a enterrarlos porque se cansaron de luchar, porque no le encontraron sentido a su vida, porque ni su familia ni la comunidad los acepta, porque enfrentan represión, porque no pueden vivir siendo ellos y se estrellan con una permanente satanización, debemos demandar que el Estado defienda a quienes están a merced de sectores hostiles y mojigatos. El Estado laico no puede negar derechos a la juventud LGBTQ+ y menos puede tolerar que sean sometidos a violencias que van desde negarles el derecho al trabajo, hasta atención médica en cualquier institución.
Si aspiramos a una Guatemala distinta no podemos construirla anclándonos en la discriminación hacia la población LGBTQ+ que es parte de todos los pueblos, que tiene derecho a aportar con su creatividad, con su trabajo y su peso poblacional. De no garantizarle derechos a esta juventud estamos condenándola a que siga siendo objeto de la ignorancia social, a que se les estereotipe como población minoritaria o vulnerable cuando no lo son, a que se les ataque y se les criminalice, pero lo más trágico es que continuaremos enterrándolos porque no modificamos esquemas sociales, patriarcales y religiosos caducos y el único camino que les dejamos es que acepten vivir bajo nuestros términos o que se suiciden.
Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/14/la-juventud-lgbtq-tiene-derecho-a-una-vida-plena/]
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