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La destrucción de Quetzaltenango (VII parte)

Quetzaltenango posee, quizá, uno de los peores servicios de transporte público.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

¿En qué espacio hemos convertido los residentes a la ciudad de Quetzaltenango? ¿Por qué la movilidad humana a cualquier hora del día y por cualquier medio es un proceso estresante, que cada vez más detesta una pequeña minoría porque afecta la salud física y psicológica, además la vida cotidiana se ha trastornado por la incontrolable contaminación de vehículos, microbuses, buses y transporte pesado convertidos en chimeneas, que ninguna autoridad monitorea y penaliza?

Además, la poca visión de las autoridades ha impedido de manera ingeniosa aprovechar la distribución de la ciudad para construir y obligar a las nuevas construcciones a dejar banquetas dignas para caminar, tampoco han promovido la creación de vías para bicicletas que le darían otro rostro a los espacios, promoverían la salud, bajarían la presión en la calles y atraería a un turismo mundial que cada vez más demanda espacios saludables. Por el contrario, movilizarse en bicicleta es un peligro por el irrespeto y el abuso de los conductores, así como por la falta de parqueos.

No hay que ser urbanista para darse cuenta que la ciudad carece de un plan de rutas adecuadas, eficientes y seguras para el transporte público. Quetzaltenango posee, quizá, uno de los peores servicios de transporte público con personal irrespetuoso hacia los usuarios, especialmente, los de la tercera edad, y además, no cumplen las señales y vías.

El caos vehicular demanda planeamiento urbano que implica un accionar de la autoridad que ahora es inexistente en áreas medulares y plenamente identificables pero también la concientización de propietarios de vehículos particulares que también abusan todas las mañanas fuera de los centros educativos, ningún padre o madre se estaciona y recoge a sus hijas-hijos, por el contrario, se parquean frente a los colegios sin importar que impiden la locomoción de quienes están detrás y sin importar la actitud que perpetúan.

¿En qué espacio hemos convertido los residentes a la ciudad de Quetzaltenango?

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj