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Falos sagrados y vulvas diabólicas

Danilo Santos

A una semana apenas del Día Internacional de la Mujer, en Guatemala más que avances en derechos y equidad, queda la polémica basada en acartonamientos misóginos y la doble moral. Lo realmente importante pasa a segundo o tercer plano y lo que se discute es si el Procurador de los Derechos Humanos se ha extralimitado haciendo acto de presencia en un lugar público donde diferentes grupos manifestaban sus ideas de diferentes formas, algunos más transgresores que otros, pero todos en el marco de su derecho constitucional de expresarse.

Se nos olvidan cosas realmente deleznables como cuando un diputado decía: “Sea cualquier porcentaje de cuota es inconstitucional y es indigno para las mujeres que lo han logrado por mérito. El parámetro para acceder a la política o a cualquier otro tema, debe ser mérito y no simplemente por haber nacido con un accidente biológico de mujer”. Nacer mujer en Guatemala es ya una condena a la servidumbre, al sacrificio y la autonegación. Porque así nos lo han enseñado en el seno familiar, las iglesias y la escuela. El porcentaje de mujeres que accede al poder político es un indicador de la asimetría en las oportunidades respecto a los hombres. Lo del mérito es un argumento sinvergüenza y falaz. Si el derecho a recibir reconocimiento fuera realmente proporcional, no habría necesidad de cuotas en la política y de eliminar brechas salariales, por ejemplo. Si a ser mujer le sumamos ser indígena, la manera en que el sistema se ensaña es aún peor y la indignación debería ser mayor.

El martes en el hemiciclo se decidirá el futuro de Jordán Rodas, les compete a los parlamentarios y parlamentarias, y están en ley. Pero junto con la sorna del Presidente de la República, cada vez más, se empeñan en demostrar su ineptitud, conservadurismo y responsabilidad en el actual estado de cosas en el país. Hablan de no ideologizar y por un lado defienden a la Canciller por el solo hecho de estar alineada con “sus” ideas de defensa de la patria y la soberanía. Mientras que, por otro lado, están al acecho del Procurador de Derechos Humanos por negarse a ser complaciente con Jimmy Morales y quienes le eligieron en el Congreso. Guatemala es un país donde la violación de los derechos humanos es una práctica consuetudinaria. El Procurador y cualquier defensor de derechos en nuestro país, no puede, no debe hacer su trabajo calladito y tratando de no incomodar a nadie.

Señoras y señores diputados, se están equivocando al envalentonarse bajo el liderazgo del virrey; podrán echar al Procurador, podrán intentar legislar agresivamente contra las organizaciones defensoras de derechos humanos, podrán cerrar filas contra el comisionado Velásquez, podrán celebrar la salida de la fiscal Thelma Aldana. Pero lo que no podrán hacer más es quedar impunes. Al igual que la lucha contra la corrupción no tiene ideología, el sentido común tampoco, úsenlo, antes de que se hundan en un desenlace dramático. Guatemala no pertenece a las iglesias, los caciques o las élites económicas. En Guatemala las mujeres pueden hablar de su vulva si quieren. Los hombres ya hemos hablado suficiente de nuestros falos.

Fuente: [http://lahora.gt/falos-sagrados-y-vulvas-diabolicas/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar