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La destrucción de Quetzaltenango (VI parte)

Se ha promovido la corrupción desde diferentes ángulos que incluye a las autoridades municipales pero también a los comerciantes.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

La destrucción de Quetzaltenango es responsabilidad de múltiples actores, por ejemplo construcciones en terrenos no apropiados o en espacios asignados a otras dependencias son actos ilegales que –aunque parezca increíble– las propias autoridades municipales han aprobado. El caso más documentado por los periodistas que se han negado a ser comprados por cualquiera de las partes, se refiere a la construcción de 43 locales comerciales y apartamentos en la 6ta. calle entre la 29 avenida y la avenida Las Américas, las construcciones se levantaron dentro del terreno que corresponde al Zoológico de la ciudad. Este proyecto fue propuesto por el entonces concejal Hamilton Pérez y apoyado por unanimidad por el Concejo Municipal. Es entendible que se buscaba ubicar a vendedores de la Terminal que se ha expandido en los alrededores de la única y pequeña área verde que tiene la ciudad, que es el parque del Zoológico.

No es un secreto que la Terminal de Quetzaltenango está ubicada en una área inadecuada para dar cabida al comercio que allí se realiza y para facilitar la movilidad de los buses extraurbanos que ingresan a la cabecera, pero las soluciones deben de ser inteligentes y estratégicas y no promover construcciones en terrenos que están asignados a un parque. Bajo el pretexto de ordenar la Terminal –que es un espacio que llora sangre por la insalubridad en la que se encuentra– se ha promovido la corrupción desde diferentes ángulos que incluye a las autoridades municipales pero también a los comerciantes que pagan por esos espacios, ambos actores son responsables.

El extremo de la ilegalidad y el abuso fue que se construyó un local frente a la clínica veterinaria, impidiendo el ingreso y atención a los animales del Zoológico, siendo esa la única construcción que pudo ser demolida, el resto se mantiene en pie desde 2014 y funcionando con normalidad sin que el sistema de justicia reaccione y castigue ejemplarmente a todos los implicados y responsables, sin importar su cargo o su condición económica. Por el contrario, la Sala Cuarta de Apelaciones del Ramo Civil de Quetzaltenango emitió una resolución a favor de estas ilegales construcciones, que son un monumento a la corrupción.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj