Ayúdanos a compartir

El poder de la memoria

Frente a nuestra memoria no podemos ocultar al ser humano que realmente somos.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

En estos momentos por los que atraviesa mi vida y mi caminar, sobre este autodestructivo mundo, siento desde el fondo de mí, una profunda necesidad o quizá un sentido de obligación, de reconocer mi pasado al lado de mis seres amados, deteniéndome con humildad pero con franqueza frente al poder que posee la memoria individual y colectiva sobre mí. Y como ambas memorias, la individual y colectiva no son ni lineales ni verticales sino todo lo contrario están en un constante movimiento en donde la línea divisoria es permanentemente difusa.

Esa es la fuerza de nuestras memorias nunca sabemos cuándo inician o terminan en nuestra mente, en nuestro interior, ya sea en soledad o en medio de la multitud vamos con ellas, allí las cargamos y son con las que nos enfrentamos no solo al final de cada día sino en cada paso que damos. Frente a nuestra memoria no podemos ocultar al ser humano que realmente somos. Frente a nuestra propia memoria no podemos negar nuestros actos, no podemos vestirnos de mentiras y maquillarnos negando lo que somos. Nuestra memoria individual o colectiva nos desviste diariamente y expone con toda crudeza nuestros sentimientos, acciones y contradicciones aunque en unos momentos lo haga con más fuerza que en otros.

La memoria queramos o no, se convierte en parte intrínseca de nosotros, además, tiene la característica de que cuando estamos frente a ella, no podemos tocarla, alterarla a nuestra conveniencia y menos borrarla. La memoria permanece intacta con todo y nuestros monstruos que saltan y nos recuerdan quién realmente somos, cuáles son nuestros objetivos de vida, qué hemos hecho y por qué.

La memoria personal es lo que cada uno hemos ido construyendo desde que tenemos uso de razón, hasta que perdemos esa capacidad o hasta el final de nuestros días, con sus múltiples matices, que se activa como un dispositivo que está dormido y nos enfrenta a actos que se convierten en un parteaguas en nuestra vida, que termina trayéndonos un torrente de imágenes, gestos, palabras, acciones, colores, olores y hasta sabores que nos dicen de qué estamos hechos y que nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/03/el-poder-de-la-memoria/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj