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¿De izquierda o de derecha?

Samuel Pérez Attias

Resulta que aquí en Guatemala se le denomina izquierda a todo lo que no sea una agenda ultraconservadora, rayana en un neofascismo de derecha. Así las cosas, aun quienes creemos en la propiedad privada, en los mercados desconcentrados, en las economías libres y en democracias sanas somos también de izquierda.

Es muy probable que usted sea parte de esa gran masa de personas en Guatemala que no se sienten identificadas con ningún extremo de ese imaginario político que crea una dicotomía simplista y confusa llamada izquierda o derecha.

Digo simplista porque, en una conversación de menos de tres minutos, usted puede ser etiquetado, clasificado e incluso estigmatizado por su interlocutor como alguien de derecha o de izquierda sin mucho escudriñamiento.

Y digo confusa porque nadie sabe a ciencia cierta, hoy por hoy, qué significa comulgar con alguno de esos dos extremos binarios, que aparentan ser mutuamente excluyentes.

Valga agregar en el imaginario algunos elementos importantes que usted, como ciudadana o ciudadano de a pie, simple mortal, debe saber.

1 En Guatemala, un cuarto de la ciudadanía no se identifica con ninguna postura en ese espectro político-ideológico.

2 Usted puede comulgar con ideas que provienen de propuestas ideológicas o de personas, agrupaciones, partidos políticos u otras organizaciones autodenominadas en Guatemala de derecha o de izquierda a la vez.

3 Usted puede no estar de acuerdo con ideas de propuestas ideológicas de derecha, y eso no necesariamente lo convierte automáticamente en alguien de izquierda. Se permite y es incluso sano e inteligente disentir en algunas posturas, criticar otras y apoyar otras sin por ello pertenecer al extremo opuesto.

4 Usted puede no estar de acuerdo con ideas de propuestas ideológicas de izquierda, y eso no lo convierte a usted en alguien de derecha. Se vale disentir sin ser del extremo opuesto.

5 Usted puede ser empresaria o empresario y no necesariamente identificarse como de derecha. Asimismo, sin ser empresario o empresaria, usted puede comulgar con la derecha.

6 Usted puede ser empresario o empresaria, estar a favor de la propiedad privada e identificarse con la izquierda.

7 Comulgar con la izquierda no implica estar en contra de las empresas, del empresariado, de la economía de mercado, de la propiedad privada, de la libertad o de la democracia.

8 Ser de izquierda no quiere decir ser comunista o buscar abolir la propiedad privada. Tampoco implica estar en contra de la libertad.

9 Ser de derecha no implica ser fascista o neonazi, estar en contra de la libertad individual o estar en contra de políticas de beneficio social.

10 No estar de acuerdo con la izquierda ni la derecha no lo convierte necesariamente en indeciso. Más bien es una expresión de su libertad de pensamiento y de un sano pensamiento crítico.

11 Es posible denominarse de no derecha sin necesariamente ser de izquierda y viceversa.

Cambiemos paradigmas obsoletos. Desde el fin de la Guerra Fría del siglo pasado, la derecha dejó de ser la dueña implícita del capitalismo y la izquierda dejó de ser la voz hegemónica del comunismo.

De lo que sí puede usted estar seguro es de que en Guatemala existe un grupo bastante reducido, bastante radical y bastante conservador, con un aparato de propaganda mediática y estratégica que lanza propuestas populistas y autoritarias absurdas. Se trata de un grupo con mucho poder económico y político que procura mantener un Estado de privilegios, que domina varias agendas mediáticas y estructuras de propaganda en los medios, que sin mucho argumento se autodenomina la derecha y que busca crear una falsa dicotomía en el imaginario local (es decir, en su paradigma) al hacer creer que quienes no lo apoyan son de izquierda. O sea, si usted no comulga con sus ideas, es de izquierda.

Si eso es así, entonces usted, que cree en la existencia de los mercados, en una Guatemala donde se pueda competir libremente, donde la voz de cada ciudadana y ciudadano sea escuchada y tomada en cuenta en las decisiones públicas, entra en este gran grupo mayoritario de la población que ellos han bautizado como la izquierda. Así las cosas, no permita que una dicotomía simplista y confusa creada mediáticamente por ese grupo de poder le genere más confusión.

La polarización y radicalización burda y superficial conlleva divisiones burdas y superficiales, malentendidos y desconfianza entre personas.

Reflexione acerca de si, con repetir el discurso obsoleto de la Guerra Fría y barrabasadas similares, usted no es parte de un manipulado ejército de tontos útiles que apoyan el conservadurismo más rancio de este país, a quienes pescan incautos aprovechándose de nuestra ignorancia e ingenuidad. Hoy por hoy, no apoyar ese pensamiento radical de derecha que se impone en muchos ámbitos políticos no lo convierte en alguien en contra de la derecha y tampoco en alguien de izquierda. Y si no comulgar con ese pensamiento radical y populista lo convierte a usted, según ellos, en alguien de izquierda, pues tal vez es momento de definirse como tal.

Fuente: [http://plazapublica.com.gt/content/de-izquierda-o-de-derecha]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Samuel Pérez Attias