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Los paraísos fiscales ahondan la desigualdad social y causan más pobreza.

Los mayores bancos y la elite financiera global podrían acumular un total de 32 billones* de dólares en paraísos fiscales sin estar sujetos a pago de impuestos. Como resultado, se estima una pérdida de 280 mil millones dólares en ingresos al fisco. En otras palabras, los grandes bancos y las familias multibillonarias evitan ser sujetos de impuestos mientras el ciudadano común debe soportar la carga tributaria y la deuda de su país. En conjunto, los 32 billones de dólares representan el producto interno bruto combinado de Estados Unidos y Japón.

La cifra obtenida triplica el último estimado de la organización Tax Justice Network en el 2005, el cual fue de 11.5 billones. Menos de 100,000 personas son dueñas de 9.8 billones de dólares en esos paraísos fiscales, de acuerdo a la investigación. El reporte incluye sólo la riqueza financiera, no se ocupa de propiedades de ningún tipo ya que «son casi imposible de identificar debido a prestanombres», por lo que la cifra de 32 billones es muy conservadora.

El economista James Henry, comisionado por Tax Justice Network, organización internacional con base en Inglaterra y que tiene el objetivo de vigilar la transparencia en el sistema financiero, dijo en entrevista que se sujetaba a la investigación realizada y los resultados obtenidos. Incluso Tax Justice Network quedó impresionado por el tamaño de los números de la investigación. El reporte revela que bancos importantes de los Estados Unidos, tales como Bank of America y Citigroup, se encuentran entre las grandes corporaciones que esconden o acumulan sus recursos en paraísos fiscales externos.

«Hablamos de grandes bancos -HSBC, Citigroup, Bank of America, UBS, Credit Suisse- entre los bancos involucrados… y realizan estas acciones con total conocimiento de causa que sus clientes casi seguramente están evadiendo o evitando impuestos», dijo John Christensen, vocero de la organización.

Tax Justice Network ha indicado que el estudio es uno de los más detallados y rigurosos que se han hecho sobre bienes financieros en paraísos fiscales y en estructuras altamente secretas.

Para su investigación, Henry James utilizó datos provenientes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, Naciones Unidas, y bancos centrales, los cuales en su conjunto lo llevaron a sus conclusiones. Esta sin duda puede ser la evasión de impuestos más grande que se tiene noticia realizada por las elites enriquecidas. Henry James también descubrió que los paraísos fiscales son muy atractivos para las naciones en desarrollo.

Los paraísos fiscales son utilizados por «elites locales» de las naciones en desarrollo para esconder su riqueza y evadir así el pago de impuestos; el reporte hace énfasis en el impacto en las economías de 139 países en desarrollo. Desde 1970, se estima que las familias más ricas de los países en desarrollo han amasado una fortuna de 7.3 a 9.3 billones de dólares en esos paraísos fiscales. Este dato era completamente desconocido para el resto del mundo debido al hecho que es riqueza sin «registro alguno».

El monto de 9.3 billones de dólares proveniente de estos 139 países en desarrollo, y que tenían una deuda total conjunta de 4.1 billones en el 2010, podrían en realidad brindarle crédito al mundo, ya que sus ciudadanos más ricos son propietarios de tal cantidad, indicó la investigación. El problema aquí es que esa riqueza la posee un pequeño grupo de individuos mientras que la deuda pública descansa sobre los hombros de todos los ciudadanos a través de los gobiernos. El primer lugar de la lista de 139 países lo ocupa China. Cuatro países latinoamericanos se encuentran en las primeras 10 posiciones: Brasil, México, Venezuela y Argentina.

Las reacciones e implicaciones del reporte de Henry James están aún en sus inicios, y muestra hasta dónde los grandes bancos y familias extremadamente ricas del mundo están dispuestos a llegar para evadir el pago de impuestos al mismo tiempo que hacen llamados para incrementar los impuestos al ciudadano común.

Esta riqueza privada escondida en paraísos fiscales «representa un verdadero agujero negro en la economía mundial», dijo Henry.

El reporte de Tax Justice Network lo encuentras aquí.

Y la persona cómún… ¿Qué hace la persona común?

Le pregunté a mi mujer como había sido su infancia: «Bonita mi infancia, con limitaciones, pero no recuerdo haber pasado penas. Ese no era mi papel», dijo, «mis padres trabajaron muy duro». Pensé igualmente en mi infancia, de un lugar a otro, una ciudad aquí otra allá, una casa que no es tu casa, residiendo en un lugar pocos años para migrar a otro. Este mismo ajetreo, esta migrancia, significaba en ocasiones limitaciones. Me inundé no de rabia, de tristeza.

Y pensé en el oficinista, el conductor de transporte público, el técnico, el burócrata, el pequeño negociante, el profesional, la maestra, en todos los que tenemos que trabajar para comer. Desde la perspectiva de un reporte como este, corromperse con facilidad para ganar un dinero extra no resultaba tan malo. Todos ellos y ellas, todos nosotros, con la pesada carga de pagar una deuda externa cada más prolongada y más grande. Imaginé el hogar típico ocasionando milagros cotidianos para alimentarse. Y por supuesto, pagando impuestos, presos de una carga impositiva ineludible. Me sentí indefenso. Como para llorar.

Los países de América Latina son los paladines de la desigualdad en el mundo. El acceso a la riqueza es imposible por medios legales; los salarios, a cuenta gotas; la alimentación, un milagro; la educación, limitada y mala, funciona precariamente en su intención de movilidad social; la salud, un acto heroico; la justicia, sesgada hacia el que puede comprarla; cientos de millones de pobres y miserables, y nuestras sociedades cada vez más violentas.

¿Hasta qué punto la concentración de tal riqueza es legítima, dónde deja de serlo?
¿Dónde deja esta riqueza de ser ética y se convierte en un verdadero peligro para toda sociedad?
¿Qué hacen los gobiernos? ¿O son cómplices callados (o abiertos) de este robo realizado por bancos, financieros y los enriquecidos del lugar?
¿Cómo sobrevivimos?

 

* 32 trillones de dólares en el reporte original.
 1 trillón de dólares en inglés representa 1 billón de dólares en español.
 1 billón = 1 millón de millones de dólares.
Julio C. Palencia
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