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Bajo mando del Ejército

Jaime Barrios Carrillo

«Lo que no nos han podido robar ni cambiar son nuestros sueños e ilusiones de ver una Guatemala con bienestar y desarrollo, donde todos, sin excepción, nos sintamos orgullosos del país que nos vio nacer”.
Coronel Edgar Rubio Castañeda (Desde el cuartel: otra visión de Guatemala).

Algo grave viene pasando en el Ejército de Guatemala. Demasiados sucesos lamentables e indicadores de corrupción, criminalidad y tráfico de influencias. Estamos ante la utilización de la institución armada para beneficio privado de sectores oscuros y grupos criminales paralelos al Estado.

Las funciones del Ejército, cuidar las fronteras y velar por la soberanía, se incumplen por falta de recursos o por asignaciones impropias como es poner a los militares a fabricar escritorios, rellenar hoyos en carreteras y velar por la seguridad interna del país en lugar de dejárselo a la Policía Nacional Civil. Mientras en las fronteras continúa el tráfico de personas, el narcotráfico, el saqueo de piezas arqueológicas y la ilegal exportación de maderas preciosas.

La gran crisis se desbordó con la caída estrepitosa del general Otto Pérez Molina y un buen número de oficiales que participaron en la corrupción de las aduanas, las diálisis del IGSS y muchos otros casos, investigados y llevados a juicio por la CICIG y el MP.

Después vino el escándalo de el Fantasma, exoficial, extraditado a Estados Unidos por tráfico de drogas y condenado ahí. La debacle no termina. El exministro de Defensa, general Mansilla, está preso por los bonos militares, caso del cual fue salvado el presidente Jimmy Morales por el pacto de corruptos en el Congreso. En el Legislativo el partido oficial, la banda del FCN y sus tránsfugas, sigue haciendo de las suyas. Esta caterva de seudoparlamentarios está formada por militares o exmilitares de muy mala reputación, entre estos su fundador el coronel Edgar Ovalle, exdiputado y prófugo de la justicia, acusado del asesinato de 589 personas en la Base Militar de Cobán.

Recientemente recibió su segunda condena la mujer apodada la Sirenita, viuda de un alto oficial de la marina, el capitán Oscar Ricardo Guzmán Berreondo, asesinado por un asunto de ajuste de cuentas entre mafiosos. Guzmán Berreondo era Jefe de Personal del Comando Sur de la Base Naval del Pacífico. Según CICIG este capitán de fragata era el líder de una banda de narcotraficantes y lavadores de dinero. Inaceptable que este tipo de personas con perfil criminal tengan responsabilidad de personal en el Ejército.

Hace tres semanas un coronel en activo, Fernando Godoy Cordón, lo agarraron con las manos en la masa cuando este oficial y dos colombianos fueron pillados tras el aterrizaje forzoso de una avioneta en Petén, supuestamente llena de polvo blanco que no es harina. ¡La maldita cocaína! El Ejército ha declarado que el coronel seguirá de alta hasta que se resuelva su situación legal. Está bien la presunción de inocencia, pero no que continúe de activo y gozando de su sueldo pagado con el erario público.

Finalmente, el caso ahora más caliente de militares acusados de ser malhechores trata del recién ascendido por el presidente Jimmy Morales a general de brigada Erick Fernando Melgar Padilla, investigado por la CICIG y acusado por el MP de organizar una estructura paralela a la justicia para encubrir el asesinato de su
propio padre.

Recordemos que en una finca de los Melgar Padilla fueron, hace años, asesinados cuatro diputados salvadoreños sospechosos de estar inmiscuidos con el narco. Los policías que los ejecutaron extra judicialmente fueron a su vez asesinados en una cárcel “de alta seguridad” y se llevaron muchos secretos a la tumba.

El caso del general deberá resolverse judicialmente pero deja un sabor de dudas. Sobre todo las primeras declaraciones el ministro de la Defensa que “no sabía” dónde estaba su general. Estas son las fuerzas armadas que tienen a su cargo la defensa del país. Y Melgar Padilla fue nada menos que Director de la Politécnica, encargado de la formación de los nuevos oficiales. También cuestionable que este sea el perfil de los jueces militares. ¡Vaya justicia!

El Ejército se encamina al precipicio empujado por la maquinaria de corrupción FCN, el pacto de corruptos y el mandatario corrupto y ladrón. La institución está al borde del abismo y se oyen las órdenes de dar un paso adelante. Es el bajo mando que manipula, utiliza y desprestigia a la institución armada.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/domingo/2018/02/25/bajo-mando-del-ejercito/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Jaime Barrios Carrillo
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