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¿PEMEX, Pémex o Pemex?

Carlos López

A Pablo Sánchez, in memoriam

Teresa Mavillard consultó a la Academia Mexicana de la Lengua (AML, por su sigla) y preguntó a la Fundación del Español Urgente (cuyo acrónimo es Fundéu, con tilde de origen) cuál es la abreviatura correcta de Petróleos Mexicanos, el lugar donde ella labora. «Ambas grafías, PEMEX y Pémex, son correctas», respondió la Fundéu. No, Pemex es un acrónimo y, al ser nombre propio, se deben tomar las grafías con o sin tilde, como se escriben de origen las palabras que lo forman. Petróleos lleva la tilde en la o, no en la e, por eso no se tilda. Los acrónimos que son nombres propios empiezan con letra mayúscula. La palabra Pemex no debe escribirse toda con mayúsculas, porque esta forma de escritura corresponde a las siglas (aunque se prefieren las versalitas).

La AML y Fundéu señalan que «en general, las siglas se forman por la yuxtaposición de la letra inicial de cada palabra que integra la expresión de la que se originan, por ejemplo: ONU (por Organización de las Naciones Unidas), UNAM (por Universidad Nacional Autónoma de México)», pero a continuación derrapa con una falsedad: «No obstante, con el fin de construir una estructura que sea fácilmente pronunciable, muchas veces se incorpora no sólo la letra inicial, sino una o más letras del comienzo de alguna o varias de las palabras que componen la denominación originaria, por ejemplo, CINDOC (por Centro de Información y Documentación Científica); algunas veces se puede también omitir la letra inicial de alguna de las palabras, como en CIRT (por Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión)». Esta revoltura cantinflesca provoca desorden a la hora de construir metaplasmas: la AML y Fundéu confunden los acrónimos con las siglas; una de las características de aquéllos es la eufonía y por eso se pueden quitar o agregar grafías al componerlos; no sucede lo mismo con las siglas. De manera que la escritura correcta del penúltimo ejemplo citado por Fundéu es Cindoc, no CINDOC.

Prosiguen con sus falacias la AML y Fundéu: «En ocasiones, la secuencia formada por las siglas permite que puedan ser leídas como una palabra, OTAN (por Organización del Tratado del Atlántico Norte), en cuyo caso se habla de acrónimos». OTAN es una sigla, no un acrónimo. «Así, lo que distinguiría la sigla FBI (por Federal Bureau of Investigation), del acrónimo PROFECO [la escritura correcta de este acrónimo, no sigla, es Profeco] (por Procuraduría Federal del Consumidor) es que, al pronunciarlas, la sigla se lee por deletreo (éfe.be.i), mientras que el acrónimo se lee como si se tratara de una palabra cualquiera (proféco). Según se observa, los acrónimos son siglas con estructura silábica que permite que se integren a la lengua como sustantivos, ya sea que tomen para su formación únicamente la primera letra como en ovni,[éste es un siglónimo, no un acrónimo] (por objeto volador no identificado), o ya sea que se formen mediante la unión de distintos segmentos de varias palabras, como Mercosur (por Mercado Común del Sur ). De acuerdo con lo anterior, un acrónimo es un tipo de sigla, pero no toda sigla es un acrónimo». Este galimatías delata la ignorancia y el autoritarismo de la AML y Fundéu.

Pemex es un acrónimo y, al ser nombre propio, se deben tomar las grafías con o sin tilde, como se escriben de origen las palabras que lo forman. Petróleos lleva la tilde en la o, no en la e, por eso no se tilda. Los acrónimos que son nombres propios empiezan con letra mayúscula. La palabra Pemex no debe escribirse toda con mayúsculas, porque esta forma de escritura corresponde a las siglas…

Respecto de Pemex, dicen la AML y Fundéu que «atendiendo a lo arriba expuesto, PEMEX (por Petróleos Mexicanos) es en su creación una sigla que toma de la denominación las dos primeras letras de la primera palabra y tres de la segunda. Puesto que al leerse se pronuncia como una palabra, es un acrónimo, el cual se ha integrado a nuestro léxico como un nombre propio, por lo que puede escribirse con letras minúsculas, excepto la letra inicial, Pémex. Como se ve, la doble naturaleza del vocablo y el uso son los que permiten que ambas grafías, PEMEX y Pémex, sean posibles. En el primer caso, PEMEX, se considera una sigla enteramente escrita con mayúscula, por lo que no lleva tilde, tal y como se establece en la Ortografía de la lengua española (ASALE [el acrónimo es Asale], Espasa, 2010): “Las siglas escritas enteramente en mayúsculas no llevan nunca tilde”. Si se considera que es un acrónimo que se ha convertido en nombre propio, puede escribirse con mayúscula y minúsculas, Pémex, y debe ajustarse a las normas ortográficas de acentuación de nuestra lengua, las cuales señalan que las palabras graves que terminen en una consonante distinta a n o s se acentúan». Pemex no es sigla, como se afirma. Si se le hiciera caso a la AML y Fundéu, se tendría que escribir Télmex, Bancómer; Concamín, Hálloween, Gúlag, Parlacén, Serfín. Su error está en no considerar que, si las palabras que forman el acrónimo tienen tilde de origen, ésta debe conservarse sólo en el caso de nombres propios (Bancafé, Aeroméxico); en los acrónimos que forman sustantivos comunes se aplican las reglas de acentuación vigentes (quásar, koljós, favicón, biobot, covid, motel). Pero la falla más notoria de la AML y Fundéu es no distinguir entre sigla y acrónimo. El origen de éste es «nombre extremo» (p.e., de motorist hotel se tomaron la primera sílaba de motorist y la última de hotel, que forma motel). En cambio, la sigla se forma con la grafía inicial de cada parte importante de un nombre, sin incluir nexos (p.e., la sigla de Grupos de Resistencia Antifacista Primero de Octubre es GRAPO). El vocablo sigla se formó en el latín tardío y deriva de singula (singular, de uno en uno). En el siglo I de nuestra era, el gramático Marco Valerio Probo llamó a estas formas abreviadas singulae litterae.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos López