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Marcela Gereda

El pasado 14 de enero se celebró el Día Mundial de la lógica. Si los seres humanos actuáramos con menos impulsividad, con más lógica y sensatez, ¿cuáles serían las acciones que estaríamos encaminando para un mejor futuro para todos?

Los mares son fundamentales porque de ellos proviene la mayoría del oxígeno que respiramos y son reguladores del clima. Son nuestro soporte vital. Está comprobado científicamente que estar en contacto con la naturaleza y con el mar produce bienestar a la salud humana.

Los mares están muriendo. Parte de ello se debe a que la cantidad de desechos que producimos en la actualidad no es sostenible para el planeta. De ahí que el manejo de residuos y la forma en que producimos los alimentos son elementos claves desde el Buen Vivir y desde ese llamado que nos hacen el Papa Francisco, Dalai Lama y otros líderes espirituales a establecer nuevas relaciones con la tierra y con todos los seres vivos y que la mayoría de los políticos se niegan hoy a escuchar.

En los últimos 65 años el aumento de la producción de plásticos ha superado a cualquier otro material manufacturado. Solo en 2015 se fabricaron 8,300 millones de toneladas de plástico, de los cuales solo un 30% sigue en uso y un 9% ha sido reciclado. El resto está en el ambiente destruyendo especies y colándose en nuestra cadena alimenticia ya que según diversas fuentes cada vez hay más micro plásticos en peces y aves.

Las investigaciones académicas demuestran que el reciclaje no es una alternativa sostenible ni a corto ni a largo plazo. En el mundo se sigue reciclando menos del 8% de los plásticos.

Solucionar el problema del manejo de desechos, considerar todo el ciclo de vida de los artículos de consumo, leyes para regular la obsolescencia programada, mejorar la recolección y gestión de residuos, sistematizar limpiezas costeras (enseñan sobre la problemática del sobre excedente del plástico), reducir producción de plásticos de un solo uso, son acciones lógicas que si comprendiéramos más el valor de la vida no dudaríamos en llevarlas a cabo.

Frente a un mundo dominado por el individualismo, la gratificación narcisista, el consumo, la mercantilización de todas las esferas de la vida, el uso inmoral de la ciencia y la tecnología, se requiere restaurar el corazón humano y de la tierra. El académico y biólogo Victor Manuel Toledo (ex-secretario de Ambiente de México) en el libro «El Planeta, nuestro cuerpo», nos invita a fundar una nueva ética basada en un naturalismo humanista, o un humanismo natural que reconoce al planeta como nuestro cuerpo.

La economía circular es acaso una de las alternativas para sustituir el proceso lineal de extracción, uso y desecho de recursos por otro que preserve la riqueza material y natural, para ello ya se están involucrando industrias, empresas, universidades, científicos, organizaciones civiles, y muchos ciudadanos.

Frente a un mundo dominado por el individualismo, la gratificación narcisista, el consumo, la mercantilización de todas las esferas de la vida, el uso inmoral de la ciencia y la tecnología, se requiere restaurar el corazón humano y de la tierra.

Uno de nuestros retos como especie es dejar de creer que destruir el ambiente no tiene costo financiero y biológico. Entender que nuestras acciones repercuten – y repercutirán negativamente cada vez más en nosotros y en el entorno del que dependemos. Puede que el costo del plástico sea de 0.15 centavos el tonel, pero ¿cuánto le cuesta al planeta, a los ecosistemas y a la salud humana estar llenos de plástico?

Sumémonos al desafío de reducir plásticos en nuestra vida: comprar a granel, usar bolsas de tela, elegir bebidas en vidrio o lata, etc. Sin océanos no habrá vida. Juntos podemos cambiar esta historia. Seamos algo del cambio que queremos ver en el mundo. Tenemos tres hogares: nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro planeta. Cuidemos de los tres.

Fuente: [elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Marcela Gereda
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