Ayúdanos a compartir

Liberalismo/mercantilismo: 48 años en el poder

Manuel Villacorta
manuelvillacorta@yahoo.com

En 1971 —a un año de haberse instituido el gobierno del general Carlos Manuel Arana— nace la Universidad Francisco Marroquín. El objetivo de la universidad era graduar profesionales formados bajo una rígida metodología liberal. Friedrich von Hayek, Ludwig von Mises y Milton Friedman integraban la delantera de un nutrido equipo de pensadores antiestado. Mucha relevancia tuvieron en ese centro universitario dos autores latinoamericanos: Luis Pazos y Hernando de Soto. Sus textos eran enseñados de memoria por sus docentes, amparados por el beneplácito de dos emblemáticos liberales: el doctor Armando de la Torre y el industrial Manuel Ayau. Con ambos conversé en repetidas ocasiones. Quizá por ello se me propuso ser catedrático de la referida universidad. A pesar de que no creo que el liberalismo sea un modelo viable para un país como el nuestro, acepté. Desafiando el rígido contenido liberal que debería tener mi cátedra, opté por una apertura en cuanto a contenidos. Mis alumnos leyeron por primera vez a Marta Harnecker, Susan Jonas, Severo Martínez y Franz Hinkelammert, entre otros. Un profesor —graduado en la Usac y que no llegaba a los 35 años— enseñaba a contracorriente en la referida universidad liberal, amparada por fiduciarios y propietarios de las más grandes empresas del país. Pasaron 4 o 5 semestres sin novedad alguna, hasta que por razones personales me retiré. Años antes mediante una investigación periodística, la UFM me había premiado, otorgándome el primer lugar en el concurso académico Charles L. Stillman. Publicación que recuerdo, analizaba las causas y consecuencias del conflicto armado interno.

Habiendo conocido desde adentro la sancta sactorum del liberalismo guatemalteco —la UFM— y habiendo escuchado con paciencia de franciscano diversas cátedras y exposiciones dictadas por reconocidos liberales que visitan ese centro, creo haber llegado a conocer el pensamiento liberal. Cientos o quizá miles de profesionales egresados de esa universidad defendieron y defienden enconadamente lo aprendido. Para el liberalismo un Estado en su mínima expresión y la mano invisible de Adam Smith son suficientes para derrotar la pobreza y vivir con suficiencia. De 1970 a la fecha —48 años— Guatemala ha sido gobernada por administraciones liberales. Es posible nombrar decenas de ministros colocados por los empresarios y su brazo político, el Cacif. Y sí, el liberalismo funcionó pero solo para una muy reducida minoría. La respuesta cómoda para los defensores del liberalismo, ha sido entonces expresar que: “En Guatemala nunca ha existido el liberalismo y que hemos estado sometidos en cambio, a un modelo mercantilista”. Hay que recordar que el mercantilismo fue la fase previa del liberalismo, en el contexto de lo que es en sí, el modelo capitalista en su amplia expresión.

¿Qué propongo me dirán entonces los liberales? Considero que Guatemala necesita un gobierno que como mínimo, posea un presupuesto no menor al 15% del PIB. Dirigido por una tecnocracia independiente, experimentada y comprometida con el interés nacional. Que posea capacidad para implementar verdadera política pública, especialmente en materias como salud, educación, seguridad, infraestructura y administración de justicia. Un gobierno no sometido a la cooptación ni a la corrupción. Y eso solo podrá lograrse cuando un frente políticosocial unido y con agenda propia se decida a participar electoralmente para establecer un verdadero modelo político y económico, comprometido con las mayorías del país. Cuarenta y ocho años de liberalismo/mercantilismo son suficientes, con ese modelo cada vez estaremos peor.

Fuente: [https://www.prensalibre.com/opinion/opinion/liberalismomercantilismo-48-aos-en-el-poder]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Manuel R. Villacorta O.