Shavarahadanka 1, de Mauricio E. López Castellanos
No desprecies a los muertos que no conoces
Tienen una palabra para escucharte
Ene 13, 2012 | Poemas |
No desprecies a los muertos que no conoces
Tienen una palabra para escucharte
Ene 13, 2012 | Poemas |
Dos locos conversan
En un callejón lleno de sombras
Están a punto de amarse
Ene 12, 2012 | Poemas |
Fortaleza en el cielo, energía de las frutas rotas.
Mi corazón sigue sumergido en los labios de la luz,
Lee masEne 12, 2012 | Poemas |
Una mujer de Canabis
Se levanta el vestido para que todos
La vean durmiéndose
Ene 11, 2012 | Poemas |
Ene 10, 2012 | Poemas |
Ene 9, 2012 | Poemas |
Ene 7, 2012 | Poemas |
No le pedí al cielo las victorias del mar cuando se despierta en perfume de originalidad marina. Cuando he deseado conquistar los estertores de la fugacidad, he destruido mis armas temporales, es decir, mis anteojos, mi reloj y mi espejo; pero he crecido perdiendo ambiciones inútiles y encontrando las indispensables, como te ambiciono a ti. Si el lenguaje un día en mis manos se vuelve oro, pero no hablo del dinero,
Lee masEne 7, 2012 | Cuento |
Las máquinas de escribir se convertían en estatuas de sal después de que los últimos estudiantes del curso de mecanografía las abandonaban con la satisfacción de que casi estaban por terminar el curso, que en ciertos momentos les pareció casi interminable, cuando la presión de la velocidad versus tiempo se volvía algo de vida o muerte para no pasarse otro año metido en este absorbente salón donde el sonido se hacia ciclos incontables por los sentidos más despiertos después de la acelerada rutina de volverse sobre las cuartillas en blanco,
Lee masEne 6, 2012 | Otros textos |
Si los caminos no tienen final sino en otros caminos
aunque se corra se sigue en el mismo sitio
Lee masEne 6, 2012 | Cuento |
Dijo el vendedor de productos al hombre que atendía la estación.
-No sé, a lo mejor… -se quedó pensando cómo se podría argumentar bien una pequeña idea-. A lo mejor la señora se equivocó de muerto…
Lee masEne 4, 2012 | Cuento |
Desde que compramos la casa nunca habíamos enfrentado ningún tipo de problema con ésta. A mi esposa siempre le pareció una lindura, Shue no dejaba de repetírmelo con dulzura mientras conversábamos en la cama.
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