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Guatemala necesita de un Presidente transitorio que lo saque del barranco al que lo han arrastrado.

Irma A. Velásquez Nimatuj

Guatemala, dirigida por Jimmy Morales, ha violentado los límites de la gobernabilidad al irrespetar la independencia de poderes y buscar por medios legales e ilegales doblegar a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad que no se le han plegado sino que han buscado cumplir con el mandato que los marcos legales les asignan y demandan.

Morales, desde que tomó posesión en enero de 2016 no ha cumplido con la Constitución, que le demanda velar por el bienestar de todos los habitantes, por el contrario, usa el cargo de presidente para garantizar privilegios e impunidad para su hijo y hermano, para el resto de la elite económica que lo financió y para los militares que lo manejan cual marioneta.

Frente al caos en que Guatemala ha caído, desde la exacerbación de la pobreza hasta irrespetar a las instituciones, las distintas fuerzas activas del campo y la ciudad deben designar y nombrar a un nuevo presidente de manera urgente, tal y como Venezuela lo ha hecho. Guatemala necesita de un Presidente transitorio que lo saque del barranco al que lo han arrastrado.

Y la comunidad internacional, los gobiernos electos y los organismos internacionales que son testigos de la incapacidad técnica y académica de Morales, de su búsqueda por deshacerse de los contrapesos propios que deben equilibrar cualquier sistema democrático, de su insaciable sed por concentrar el poder, de sus alianzas con criminales rusos pero también con delincuentes nacionales, lo cual ha venido a debilitar el frágil sistema de justicia que había dado pasos ejemplares y desnudar el abuso de poder, el irrespeto al débil Estado de Derecho, la permanente corrupción que fomenta, tolera, defiende y de la cual Morales se enorgullece públicamente, seguro que frente a este escenario, correrán como lo han hecho con Venezuela para reconocer masivamente al Presidente interino que se autodesigne, porque se convertirá en el único que evitará la destrucción del Estado.

O quizá seguiremos a la espera de las elecciones generales, evento que representará la intervención benévola que financie al elegido, quien “defenderá la soberanía” y para nuestra suerte tendrá como tema principal de campaña, salvar a las elites víctimas de persecución “del nuevo colonialismo ideológico”.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/01/26/urge-un-presidente-interino-en-guatemala/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj