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Tras los rastros del genocidio guatemalteco (Primera parte)

Manolo Vela Castañeda
manolo.vela@ibero.mx

“Al tribunal, por unanimidad, le han quedado probados los supuestos de hecho de este delito, que se cometió, en ese lapso de tiempo, el delito de genocidio y delito de deberes contra la humanidad cometidos por el Ejército de Guatemala durante el 23 de marzo de 1982 al 31 de julio de 1983, específicamente en el área conocida como triángulo Ixil”. Con estas palabras, la jueza Sara Griselda Yoc Yoc, vocal del Tribunal B de Mayor Riesgo, concluía la lectura de la primera parte de la sentencia que la noche del miércoles 26 de septiembre de 2018 se dio a conocer.

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La demanda, promovida por los vecinos de los municipios de San Juan Cotzal, Santa María Nebaj y San Gaspar Chajul, estaba dirigida contra el alto mando del Ejército que comandó el general Efraín Ríos Montt. ¿Quiénes son éstos? el general Óscar Humberto Mejía Víctores, ministro de la Defensa; el general Héctor Mario López Fuentes, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional; el general Luis Enrique Mendoza García, jefe de Operaciones; y, el general José Mauricio Rodríguez Sánchez, jefe de Inteligencia.

La demanda, entonces, es preciso aclarar, estaba dirigida, no exclusivamente contra Ríos Montt, sino contra una parte del alto mando del Ejército que estuvo bajo el mando del general: su Ministro de la Defensa, su Jefe de Estado Mayor, y sus jefes de Operaciones, uno, y de Inteligencia, el otro.

Pero, ¿qué pasó? Que, en el camino, todos estos generales, los generales que perpetraron el genocidio, antes de encarar la justicia les llegó la muerte.

El primero fue López Fuentes quien, en octubre de 2015, a sus 85 años, murió. Desde junio de 2011, en los días de su captura, fue internado en el Centro Médico Militar. Apenas pasó unos días detenido en la cárcel de la Brigada Militar Mariscal Zavala. Y en 2012 el Inacif, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, le declaró incapacitado mental y físicamente para ser procesado por la justicia.

El día de su captura se le ve en el sótano de la Torre de Tribunales, a la espera del registro por parte de los guardias del Sistema Penitenciario. Mientras otros procesados desde una de las carceletas le gritan ¡asesino!, su esposa alcanza a taparle el rostro con su bolso de mano, y con el codo espanta a los periodistas que buscaban una declaración del general. Luego de que le cachean y él entrega su cincho, el general fue llevado a una de las carceletas. Antes de entrar, emocionado, se despide con un abrazo de su esposa, momento en que un guardia alcanza a quitarle su cachucha. Ya en la carceleta el general fue rodeado por otros procesados, y allí terminan las imágenes. https://www.youtube.com/watch?v=YfxOBmpgpes

López Fuentes, como jefe del Estado Mayor de la Defensa, fue el encargado, entre otros asuntos, del proceso de formulación de los planes de campaña que llevaron al genocidio. Es su firma la que aparece en “Victoria 82”, el plan de campaña.

En febrero de 2016, a sus 85 años, murió el general Óscar Humberto Mejía Víctores, ministro de la Defensa del régimen del general Ríos Montt. Él mismo, meses más tarde iba a liderar un golpe de Estado que terminó con el régimen de Ríos Montt, lo que llevó al mismo general Mejía Víctores, entre 1983 y 1986, a la jefatura de gobierno. En octubre de 2011 el general Mejía fue declarado prófugo de la justicia. Meses más tarde iba a ser escuchado por un juez, quien determinó su arresto, que fue cumplido en el Centro Médico Militar. A finales de 2011 el Ministerio Público, atendiendo a los dictámenes del Inacif, que declaró el estado de interdicción, decidió no continuar con la persecución en su contra.

En abril de 2018, a sus 91 años, falleció el general Efraín Ríos Montt. En enero de 2012, al terminar su período como congresista, un juez determinó su arresto domiciliario. Hasta que en marzo de 2013 le tocó encarar a la justicia en un juicio que terminó con una sentencia condenatoria. Pero la corte anuló la sentencia y ordenó repetir las audiencias del juicio. Este nuevo juicio empezó en octubre de 2017. Entre 2013 y 2017 el general Ríos Montt fue declarado con incapacidad mental.

Este es pues el balance: de cinco imputados, los generales Ríos Montt, Mejía Víctores, López Fuentes, Mendoza García y Rodríguez Sánchez; ha sido éste último el único que fue juzgado. A los otros tres generales la muerte les evitó enfrentar los procesos judiciales en su contra. Uno más, Mendoza García, continúa prófugo de la justicia.

El general Luis Enrique Mendoza García fue el jefe de Operaciones del Ejército que comandó el general Efraín Ríos Montt. La firma del general Mendoza García también hace parte del plan de campaña “Victoria 82”, el plan que delineaba las operaciones militares que llevaron al genocidio.

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Pero la lucha para que se haga justicia por el genocidio que tuvo lugar en Guatemala no concluyó con la sentencia que la noche del 26 de septiembre de 2018, fue leída. Hay otros procesos por otros actos de genocidio perpetrados por tropas del Ejército de Guatemala que actuaron en otras regiones del país: Chimaltenango, Huehuetenango, Rabinal, Baja Verapaz, así como otras áreas del departamento de Quiché. Procesos en los cuales no tiene necesariamente que estar vinculado el alto mando, sino los mandos medios, jefes de las zonas, brigadas y destacamentos militares.

La primera parte de la sentencia abre una importante brecha para proseguir con esta que es una larga lucha por la justicia. En esta primera parte de la sentencia el tribunal afirmó, por unanimidad, que: “Hombres y mujeres que no pudieron defenderse puesto que los miembros del Ejército cobardemente en grupo y armados con armas blancas y armas de fuego, accionaban en contra de los pobladores del triángulo Ixil, que no portaban tan siquiera un palo para poder defenderse de ese Ejército asesino que sembró el terror y el vandalismo en el triángulo Ixil, y cuya presencia se fue haciendo más visible, hasta tener en el área Ixil sus propios destacamentos, presencia en la que la crueldad también se fue presentando, arrasando y masacrando de forma indiscriminada aldeas completas, por lo que se llevó a cabo el asesinato de mujeres, niños, ancianos, adolescentes, violando a mujeres enfrente de sus hijos y a niñas de 7 años y madres, en forma simultánea, llevando a cabo lo que se denomina tierra arrasada, en forma sistemática, al quemar casas, cosechas, animales, y aldeas completas, como también robando cosechas, animales y utensilios, llevando a cabo la destrucción de todos los medios de subsistencia, como siembras y animales, sin temor alguno, ni siquiera del supremo creador, conforme los planes previamente elaborados. […]”.

En próximas entregas analizaremos diversas perspectivas de esta histórica sentencia. Particularmente: 1) la comprobación del delito de genocidio; y, 2) las funciones del Jefe de la DI, la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/domingo/2018/09/30/tras-los-rastros-del-genocidio-guatemalteco-primera-parte/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Manolo E. Vela Castañeda