El plástico: uno de los desafíos del siglo 21
Según la ONU, 5 billones de bolsas plásticas se consumen cada año.
Marcela Gereda
Recientemente la Organización Mundial de la Salud declaró al plástico como un problema de salud dado no solo a la sobreproducción que hay, sino por las enfermedades que puede ocasionar en la población.
En un mundo consumista, en el que la base de la economía es producir para desechar, y donde cada minuto un furgón de basura plástica entra al océano, la Comisión de Mercado Interior y Protección de los Consumidores del Parlamento Europeo ha impulsado una legislación que incentive a los fabricantes para que los productos tengan una vida útil más larga y sean reparables.
El pasado mayo, la Comisión Europea propuso limpiar playas europeas y regular plásticos de-sechables. “Corremos el riesgo de asfixiar nuestros océanos con plástico, lo cual causará repercusiones en nuestra cadena alimenticia y en la salud humana”, comentó Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea.
El gobierno chileno, en respuesta a un aumento en las tasas de sobrepeso y obesidad, ha emitido restricciones, enfocadas principalmente en el etiquetado de alimentos poco saludables para la población. Ello ha disminuido no solo las enfermedades, sino la basura de empaques plásticos, botellas y otros desechables en los litorales.
En Europa, los Estados son tan fuertes que existen agencias estatales que invierten enormes cantidades de dinero en investigación toxicológica para controlar e intervenir en la industria del plástico, porque saben que el tema del plástico es un problema de salud pública.
En Guatemala, ya van ocho municipalidades que regulan los plásticos de un solo uso y otras ocho municipalidades que están en proceso de activar este tipo de normativas, ante dichas normativas hay oposición y también aplausos. Más allá de lo primero y segundo, es necesario entender que estas normativas no responden a una moda, sino a la evidencia irrefutable de que nos estamos ahogando en nuestros propios desechos. Cada minuto se consumen un millón de botellas plásticas. Según la ONU, 5 billones de bolsas plásticas se consumen cada año.
El 99 por ciento de nuestros ríos está contaminado de plásticos, y ello no solo responde a un mal manejo de los mismos y la falta de plantas de tratamientos, sino a una sobreproducción y a una falta de normativas a este material que muchos países del mundo ya están regulando por los daños que causa al ambiente y a la salud.
El Estado debe intervenir. Si seguimos consumiendo productos que matan el planeta no habrá futuro para nadie. Reciclar el plástico es un paso necesario. Sin embargo, a largo plazo, no es una alternativa sostenible porque no se puede reciclar todo el plástico que se consume.
Los Ministerios de Educación, Salud y Medio Ambiente deben lanzar una legislación para proteger a la población y al ambiente. Guatemala es uno de los países más vulnerables al cambio climático. El calentamiento del planeta es una evidencia científica, mitigarlo es una obligación de los gobiernos, y una responsabilidad ciudadana y de la industria, para preservar nuestra “casa común” y para quienes vendrán despues de nosotros.
Fuente: [https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/20/el-plastico-uno-de-los-desafios-del-siglo-21/]
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