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Desafíos indígenas

Cada 8 de agosto, “Día Internacional de los Pueblos Indígenas” no hay nada que celebrar, nada que festejar en ninguna comunidad o en ninguna conciencia indígena que conoce su pasado.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

La embestida que enfrentan hoy, en pleno Siglo XXI, los miembros de los Pueblos Indígenas, que suman más de cinco mil –a lo largo y ancho del mundo– es la voracidad de las empresas trasnacionales que diariamente trabajan para despojarlos y enriquecerse con los recursos que están en sus territorios. Este proceso de aniquilamiento y arrinconamiento solo se compara con los diferentes procesos de colonización que cada pueblo originario ha enfrentado por los diferentes imperios a partir del descubrimiento de América, que transformó la vida de los continentes que hoy se conocen como África y América.

Por eso, cada 8 de agosto, “Día Internacional de los Pueblos Indígenas” no hay nada que celebrar, nada que festejar en ninguna comunidad o en ninguna conciencia indígena que conoce su pasado, que ha vivido permanentes momentos de ignominia por los Estados Nacionales que han buscado controlarlos y que intentar contenerlos con baratos festejos que solo sirven para tomarse la foto oficial que le da la vuelta al mundo junto a las y los “indios permitidos” que han estados dispuestos –la mayoría de ellos con conciencia– a traicionar a sus ancestros para servir al capital, aunque eso implique la muerte de sus hermanas y hermanos pobres.

Estas fechas deben de motivar para que las y los miembros de los pueblos originarios –sin importar su condición de clase o su posicionamiento dentro de las lógicas internas de sus comunidades– reflexionen profundamente sobre la conflictividad en que los Estados y la elites económicas los han mantenido a lo largo de la historia con el único propósito de usarlos, dividirlos, explotarlos y finalmente para despojarlos de los  últimos recursos de vida que les quedan y que son al mismo tiempo los últimos que le quedan al planeta Tierra.

Que la lucha de nuestras abuelas, madres, abuelos y padres sean las estrellas y las lunas que guíen el camino de los indígenas que ahora estamos al frente de varias formas de resistencia ante el embate brutal del extractivismo. Que esa profunda sabiduría que heredamos nos permita que cada paso que demos nos fortalezca en la responsabilidad que tenemos de garantizar la existencia de nuestros hijos pero también la de nuestros pueblos.

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj