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Mario Roberto Morales

Me acaba de llegar una información inquietante, la cual, sin embargo, no es nueva; al contrario, se originó hace dos décadas. Tiene que ver con una oenegé llamada Centro para la Atención Legal en Derechos Humanos (CALDH), que fue fundada en 1990 y, según la información que me ha proporcionado una fuente directa, desde entonces ha venido desempeñando un destacado papel en la defensa de los derechos de los más vulnerables y desposeídos, en especial de los indígenas.

Sin embargo, esta misma fuente indica que, en el año 2000, los directivos de la oenegé se dieron a la tarea de despedir trabajadores de CALDH a fin de bajar costos operativos para poder cubrir el manejo confidencial de los cuantiosos fondos recibidos de agencias financieras internacionales. Indica la misma fuente que esto llevó a que los trabajadores afectados litigaran un conflicto laboral colectivo ante el Juzgado Tercero de Trabajo y Previsión Social (con el número de archivo 134-2000-198, oficial 2º), el cual decretó prevenciones para que los trabajadores de marras no fueran despedidos. Este dictamen fue ignorado por CALDH, y llevó a cabo los despidos desacatando la ley.

Indica la aludida fuente que, basados en lo decretado por el Juzgado de Trabajo, varios trabajadores plantearon su solicitud de reinstalación en el referido juzgado, habiendo logrado que los jueces y las salas de trabajo les dieran el amparo respectivo. Sin embargo, CALDH objetó las órdenes del Juzgado de Trabajo y las sometió a un proceso de apelación por vía de la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad. Estas cortes respaldaron a los trabajadores despedidos, dejando en firme, desde 2004, las órdenes de reinstalación de los mismos. Pero CALDH, afirma la fuente afectada, continuó en desacato de estos dictámenes y, desde hace 16 años, la oenegé ha venido desobedeciendo las órdenes legales en su contra por medio de subterfugios legalistas.

A raíz de estos actos, las cuentas y propiedades de CALDH se hallan embargadas por orden del Juzgado Tercero de Trabajo y Previsión Social, como parte de las diligencias de reinstalación número 01092-2000-198, oficial 2º, y sus directivos deberán enfrentar un juicio por desobediencia o desacato dentro del proceso que se identifica con el número 01186-2020-02617, tramitado en el Juzgado Primero Pluripersonal de Paz Penal de Guatemala.

Es necesario indicar que los afectados por CALDH se redujeron con el tiempo a sólo dos trabajadores, quienes por casi 20 años pelearon por sus derechos laborales. Por desgracia, uno de ellos falleció hace poco, por lo que es uno solo quien ahora funge como parte afectada en el proceso contra la mencionada oenegé y es la fuente que proporciona la información que hoy comparto con mis lectores. Lo hago porque resulta irónico, por decir lo menos, que una oenegé que capta fondos internacionales para defender los derechos humanos de los más vulnerables, mantenga un litigio de dos décadas con dos de sus trabajadores, en el que justamente los derechos humanos de éstos son los que están en juego. Esta contradicción fue la que me hizo analizar esta información. No menciono nombres, pero mi fuente es confiable porque se trata de uno de los afectados, quien sustenta su informe en las referencias legales arriba citadas.

Sinceramente deseo que este litigio tenga un final rápido y justo. Dos décadas de reclamo y la muerte de uno de los afectados es suficiente razón para esperar una actitud consecuente de parte de CALDH.

Sinceramente deseo que este litigio tenga un final rápido y justo. Dos décadas de reclamo y la muerte de uno de los afectados es suficiente razón para esperar una actitud consecuente de parte de CALDH.

Publicado el 13/01/2021 en elPeriódico

Fuente: [www.elperiodico.com.gt]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Mario Roberto Morales
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