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Danilo Santos

Con nocturnidad y alevosía, 115 diputados aprobaron el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado, ejercicio fiscal 2021. No hace falta ser un sesudo analista político o económico para notar, tanto en la forma como en el contenido, que la aprobación de dicho Presupuesto es producto de negociaciones que nada tienen que ver con la población. Entre otras cosas, se aumentan los recursos para el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda de una manera desproporcionada, lo cual se puede entender por la gran afectación que se ha tenido en el país por los últimos fenómenos meteorológicos y el rezago consabido en materia de infraestructura vial y de vivienda, pero que no tiene ninguna explicación a la luz de los actos de corrupción pasados y presentes en dicho Ministerio. Aunque se enoje Presidente, ¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO? Si no son capaces de explicar dónde están 135 millones de quetzales, es un despropósito aumentar la cantidad de recursos asignados a esa cartera. Por otro lado, también se asignaron 1,400 millones a los Consejos de Desarrollo, lo cual sería maravilloso pensando en la descentralización y el desarrollo departamental, sin embargo, responde a negociaciones para mantener el favor de bancadas y alcaldes en todo el país, por eso es que la ANAM apoya el presupuesto aprobado.

Por si tanta gandules no fuera suficiente, aumentan el presupuesto del Centro de Gobierno, aumentan en Q500 mil lo asignado para alimentación de diputados y asignan Q200 millones para construir un nuevo edificio del Congreso de la República. En vía contraria, reducen recursos a hospitales, el sector justicia y la Procuraduría de Derechos Humanos, entre otros.

A mí no me pela o que hacen, y es preciso alzar la voz y decirles que los discursos que vomitan en los desayunos de oración son simples patrañas, que la población que profesa una fe ya se está dando cuenta que ustedes utilizan a dios y a las iglesias únicamente para garantizar sus privilegios. A mí no me pela que endeuden más al país con tal de hartarse bien, no me pela que derramen millones en los departamentos para mangárselos, para pagar deuda política. A mí no me pela que intenten engañar a la gente tirando el pisto en carreteras (como el libramiento de Chimaltenango), mientras la inversión en hospitales disminuye, mientras el presupuesto asignado a educación es el menor de Centroamérica a pesar de que somos la economía más grande. En resumen, pareciera que quieren mano de obra poco calificada, barata y enferma, pero que vea “grandes” obras de infraestructura mientras la llevan al cementerio.

Es claro que tanto el gobierno central como el Congreso de la República, son poderes del Estado en contra de su población. Se burlan de quienes necesitan los servicios de salud, de quienes han perdido todo en el último mes a raíz de las inundaciones, de quienes creen en la justicia, de los derechos de toda la población. Y a mí, eso no me pela.

No basta con vetar el presupuesto. Que se vayan todos. Demostremos que Guatemala no nos pela como ellos.

Fuente: [https://lahora.gt/a-mi-no-me-pela/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar