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Un día de furia

Danilo Santos

Los discursos de odio están haciendo mella en nosotros. Es enfermizamente normal que nuestros días estén llenos de violencia y que en nuestros espacios de socialización se de cuerda a señalamientos, descalificaciones, prejuicios, cosificaciones y un sinfín de incriminaciones a todo aquel que se salga de los moldes caducos de los dogmas del pensamiento conservador y excluyente que encuentra sus más férreos defensores en los más embrutecidos creyentes de la mano dura.

Una cosa es segura, si seguimos escupiendo odio en cada idea y palabra, será inexorable el momento en el que de manera organizada y justificada en esas ideas, nos arranquemos la vida los unos a los otros: defendiendo el estatu quo o intentando romperlo.

No se trata de Socialismo ni de cualquier cuestión ideológica, sino de simple y llana convivencia civilizada y la certeza de un futuro mejor. No importa si se es de derecha, izquierda o cualquier posicionamiento en el espectro político ideológico, no es “atropellando” (usando el término de manera metafórica o literal) que deben resolverse nuestras diferencias.

Un día de furia lo tiene cualquiera, pero nadie puede convertir ese día en uno de luto para ningún padre, madre o hermano.

Los que defienden la violencia, la corrupción, la muerte, el conservadurismo, están de fiesta, nuestro error sería ir por la venganza. Solo falta que los apologistas de la panel blanca y demás emblemas del gorilismo, quieran implementar la estrategia de “quitarle el agua al pez” en pleno siglo veintiuno, es decir, eliminar a los que apoyen, por ejemplo, la reforma constitucional al sector justicia, los derechos humanos, etc., para que no prolifere la disidencia.

Los guatemaltecos debemos ser mejores que el veneno que han inoculado perversamente durante casi dos siglos en nosotros.

Hay que salir a manifestar todos los días a favor de la vida y un futuro civilizado para el país. A cada acción violenta en la calle, en un palco legislativo, en las redes, en los púlpitos, desde los espacios de opinión, los medios de comunicación, desde donde sea; debemos tener la respuesta firme y segura de lo sensato y no violento.

Todos los días. Hasta que cambiemos esta cultura de odio y violencia que nos mata cada cuatro años o cualquier día. Hasta que no haya necesidad de salir a protestar por la amnesia o simple desidia de los gobiernos y el Estado que un día cobra la vida de 41 niñas y otro, refleja la sociedad que ha construido en la agresión violenta con un vehículo como arma contra 14 estudiantes.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido. (Mario Benedetti)

Fuente: [http://lahora.gt/un-dia-de-furia/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar