Carlos Figueroa Ibarra
Pocos días después de que una conductora de televisión en Guatemala hiciera unas infames declaraciones afirmando que el candidato presidencial Alejandro Giammattei era homosexual, le escuche decir a un muy querido amigo de la derecha: “prefiero al hueco que a la comunista”. Haciendo uso de la palabra denostativa que en Guatemala se usa para referirse a los homosexuales, mi amigo me daba una muestra más de las muchas ques tengo de que la política es entre otras cosas, el arte de elegir entre inconvenientes. Esta última frase se la escuché decir a un artista de la política, Andrés Manuel López Obrador. Siendo la política un campo de lucha entre distintos y opuestos intereses, muchas veces los que la ejercen se encuentran en la deplorable situación de elegir el menor de los males. Esto acontece porque los demás actores crean correlaciones de fuerzas que orillan a todos los contendientes a situaciones en las que raramente acontece el elegir entre convenientes. Mi amigo derechista se encontraba ante el escenario de elegir entre dos otredades negativas: el homosexual y el comunista. Desde su punto de vista optó por el menor de los males. El domingo 11 de agosto de 2019 votará por Giammattei en contra de Sandra Torres.
La anécdota me lleva nuevamente a la conclusión de que la derecha nunca se equivoca de enemigo. Lo que hemos visto en las últimas dos semanas fue una guerra sucia en la que de manera poco exitosa se agitó la otredad negativa de la homosexualidad mientras que de manera fructífera se blandió la del comunista. Uno de los tantos mensajes anticomunistas que acusan a Torres de comunista dice disparates como el de que en el plan de gobierno de la candidata de la UNE existe la iniciativa de igualdad que se aplicará a través de la extinción de dominio: “todas las familias que tengan más de un carro, una casa o un terreno”, hombre ¡hasta más de una moto!, serán expropiadas de esos bienes para dárselos a los que no lo tienen. Sandra busca convertir a Guatemala en “Venezuela, Cuba o Nicaragua e instaurará un gobierno que despojará de sus cosas a quienes considere”. La descabellada paranoia anticomunista tiene una poderosa razón: la derecha está preocupada de que la capacidad de movilización del voto del aparato de la UNE (sus alcaldes y diputados incluidos) pueda hacer ganar a Torres en la segunda vuelta electoral. Por ello con buen tino, pese a encuestas triunfalistas, la derecha difunde mensajes aludiendo a un empate técnico y llamando a derrotar al abstencionismo y al anulismo.
La segunda vuelta electoral una vez más nos coloca ante la situación de elegir entre inconvenientes. La UNE ha mostrado que es capaz de hacerle el juego al Pacto de Corruptos y tiene muchos inconvenientes que sería largo enumerar. En mi opinión tiene una ventaja: por quienes están atrás de ellos, Giammattei y VAMOS es una opción peor. Por ello espero que el próximo domingo los guatemaltecos sepan escoger entre el menor de los inconvenientes.
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