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Mario Roberto Morales

Este es el año del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica. Las reacciones ante la efeméride van desde el entusiasmo acríticamente celebratorio que a contrapelo de la evidencia concreta insiste en que somos pueblos independientes y autodeterminados, hasta el rechazo violento e irracional según el indiscutible argumento de que somos países geopolíticamente subordinados y dependientes, por lo que quienes asumen esta actitud simplemente ignoran el Bicentenario al grito de “¡cuál independencia!” Ambos extremos son absurdos.

Celebrar el hecho implica elogiar la dominación y la hegemonía criollas, construidas a sangre y fuego sobre las espaldas de indios, ladinos, negros, mulatos y zambos. Negarlo violentamente sin más, involucra adoptar una esperpéntica política de avestruz que, al fingir que el hecho no ocurrió o que precisamente porque ocurrió hay que ignorarlo, niega la necesidad cognitiva crítica que explica los hechos para sustentar la praxis transformadora, dejando al aire el enorme trasero de la ignorancia, la irresponsabilidad ante la memoria popular y el ridículo del atraso cultural.

Por eso, la Comisión Bicentenario de la Independencia de Centroamérica de la Universidad de San Carlos de Guatemala (CBI), adscrita a la Dirección General de Docencia, la cual me honro en coordinar, ha adoptado la política de la conmemoración crítica del hecho histórico, entendiendo por eso la explicación científica de sus causas, desarrollos y consecuencias para nuestro país y la región. Con esto, obedecemos al mandato constitucional de la universidad pública de llevar el conocimiento científico a la comunidad universitaria y al pueblo de Guatemala. Y siendo que el sistema educativo nacional no enseña nuestra historia, creemos que el Bicentenario es una ocasión afortunada para que la universidad cumpla su papel de rectora de la educación pública explicando críticamente lo que significa este hecho histórico para nuestro pueblo, así como detallando sus consecuencias concretas, las cuales nos pesan hasta el día de hoy.

En el segundo semestre del 2020 la CBI realizó más de una treintena de actividades académicas alusivas a la efeméride. Este año del Bicentenario, los conversatorios empezaron el pasado jueves 28 de enero con el tema “Las mujeres en la Independencia y en la construcción de la nación”, y seguidamente abordarán las siguientes temáticas: el 18 de febrero, la lección inaugural “Por qué conmemorar críticamente la Independencia”; en marzo, “El arte en la Independencia y sobre la Independencia”; en abril, “La literatura en la Independencia y sobre la Independencia”; en mayo, “La arquitectura de la época independentista”; en junio, “La música en tiempos de la Independencia”; en julio, “La educación en la época de la Independencia”; en agosto, “El cine sobre la Independencia”; y en septiembre, la presentación de los libros Últimos administradores coloniales: el ocaso del Reino de Guatemala y también Independencia centroamericana: gestión y ocaso del “Plan Pacífico”, ambos de Horacio Cabezas; Centroamérica: de la Colonia al Estado nacional (1800-1840), de Julio Pinto Soria y tres volúmenes de Ensayos críticos sobre el Bicentenario, por varios autores. En octubre y noviembre, habrá conferencias en centros regionales, escuelas y facultades con videos didácticos sobre el suceso histórico.

Así es como la CBI conmemora críticamente la efeméride y cumple puntualmente con el lema universitario que ordena “Id y enseñad a todos”.

Publicado el 10/02/2021 en elPeriódico

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Mario Roberto Morales
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