Ayúdanos a compartir

Carlos Figueroa Ibarra

El viernes 9 de octubre  fue arrestado  a medio día en Acapulco el comandante insurgente guatemalteco César Montes (Julio César Macías Mayora). Esto sucedió pese a que es un refugiado político protegido por la Comisión Mexicana  de Ayuda al Refugiado (COMAR). César presentó su solicitud de refugio el 19 de noviembre de 2020 y el documento que firmó dice explícitamente en la sección de “Derechos” que “ningún refugiado o solicitante de la condición de refugio podrá ser expulsado de México, en tanto que su solicitud de refugiado se encuentre en análisis”. César no declinó su solicitud ni la COMAR tampoco la denegó, por lo que en el momento de ser capturado tuvo razón al decirle a los agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) que él era refugiado  y que estaba protegido por el gobierno de la 4T. La respuesta de los que lo capturaron fue  que “les valía madre la 4T”. En el arresto participaron elementos de la FGR, además de tres vehículos del Instituto Nacional de Migración y tres más de la Secretaría de Marina.  El gobierno de México está obligado a explicar por qué no se respetó la condición de refugiado de César Montes.

En el mes de septiembre de 2019 César Montes fue culpado de manera injusta del asesinato de varios soldados  en un enfrentamiento que además dejó varios campesinos heridos en la aldea Semuy II en el municipio de El Estor, departamento de Izabal en Guatemala. Durante los meses de septiembre y octubre se implementó un operativo de 600 efectivos que fueron a buscarlo a su domicilio no con el propósito de arrestarlo sino de asesinarlo pretextando una supuesta resistencia. También las fuerzas armadas desplegaron un amplio operativo de rastreo en la Sierra de las Minas con los mismos propósitos. Y había la consigna de que si lo agarraban vivo, lo llevarían a un reclusorio donde presos comunes lo matarían o lo dejarían inválido.  En abril de 2020 fue acusado de promover  invasiones de tierras y de haber incendiado el casco de una de las fincas invadidas. Las acusaciones no tienen fundamento. César se encontraba a cientos de kilómetros de Semuy II cuando sucedieron los trágicos allí acontecidos. También son infundadas las acusaciones de abril,  porque César salió de Guatemala  desde noviembre de 2019 para poder salvar su vida, por lo que no pudo haber participado en los actos que se le imputan.

El linchamiento mediático, la cacería y encarcelamiento de César  se da cuando la derecha y ultraderecha guatemalteca buscan un chivo expiatorio para vengarse de los resultados de la justicia transicional que ha procesado y encarcelado a varios militares y policías genocidas. En un clima de odio de clase de ciertos sectores empresariales y de anticomunismo exacerbado por la presencia de fuerzas y gobiernos progresistas en toda la región. César Montes es entonces el primero de una lista preparada en el espíritu de que la derecha nunca se equivoca de enemigo. César es pues, preso político del gobierno de Guatemala.

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Carlos Figueroa Ibarra
Últimas entradas de Carlos Figueroa Ibarra (ver todo)