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¿En una ineptocracia quién salva al Presidente?

Danilo Santos

El tratamiento que el actual gobierno de Guatemala da a la misiva del Presidente de los Estados Unidos saludando al jefe del Ejecutivo por la “independencia” (que ya es una ironía viniendo de donde viene), y resaltando el papel y el liderazgo del ciudadano Presidente Morales, raya, en el mejor de los casos, en la inocencia. Por otro lado, el apoyo manifestado a su jefe por los responsables de dirigir ministerios y secretarías, pues nuevamente, en el mejor de los casos es pura ingenuidad.

Sin embargo, no es candidez lo que se expone al sobredimensionar un gesto diplomático o que solo la mitad de los capitanes cierren filas, las señales que dan son de otra cosa; al parecer está pasando factura que los partidos políticos en Guatemala sean débiles, carentes de representatividad, altamente dependientes de financistas (sin que importe de dónde vengan estos últimos, con tal que sean medio decentes) y con bases partidarias compradas vulgarmente el día de las elecciones o a través del marketing ofreciendo lo que el consumidor está ávido de tragarse para creer en el futuro.

El resultado electoral dio como ganador al menos desacreditado, pero también al menos preparado y que menos cualidades poseía para dirigir el gobierno. Los réditos de los últimos ocho meses dan cuenta del desconocimiento de la cosa pública y sus entuertos, tanto, que han tenido que recurrir a la vieja política para que sus desaciertos (o mentiras) sean creídos y aceptados por la población. Las malas elecciones paren malos gobiernos.

El enfrentamiento con algunos medios disfrazado de dignidad y honradez, no tienen absolutamente nada que ver con los tropiezos que su propio entorno le hacen tener; la “fafa” y la publicidad son dos cosas distintas, pero el mandatario deja entrever en sus declaraciones que él ha utilizado la primera enmascarada en la segunda. La pauta del gobierno en medios se ha pervertido y es foco de opacidad que oscila entre la complacencia y la crítica, no es nuevo y por supuesto que hay que combatirlo; y no se puede tampoco ocultar que existen los que cargan o no la mano en el tintero en la proporción de lo que puedan obtener pecuniariamente. Ambas cosas son verdad, pero toda vez no mencione nombres de medios y/o personas, simplemente es otra puesta en escena que solo abona a su figura veleidosa y altamente desprovista de recursos políticos y comunicacionales.

Si vamos sumando actores, decisiones y acciones, tanto el mandatario como sus asesores, apoyos internos y externos al gobierno; dejan mucho que desear y nos hacen pensar que estamos frente a una acendrada ineptocracia de la cual somos víctimas y hacedores.

Ni el gobierno gringo, sus ministros, o las recurrentes e insustanciales invocaciones divinas, salvarán al ciudadano Presidente de sí mismo.

El resultado electoral dio como ganador al menos desacreditado, pero también al menos preparado y que menos cualidades poseía para dirigir el gobierno.

Fuente: [sanatevergueador-dalekos.blogspot.mx]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Danilo Santos Salazar