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Vulgares comerciales

Sobre demonios e historia nacional.

Mario Roberto Morales

Me doy una tregua en lo que he venido tratando últimamente para invitar a mis lectores a la presentación de dos libros míos a lo largo de la semana entrante. El primero será presentado el martes 3 de noviembre a las 18:30 en el Centro Cultural de España, antiguo Cine Lux, y se trata de la primera edición mexicana (Editorial Praxis) de mi novela juvenil Los Demonios Salvajes. La idea de presentarla en el Lux me vino de que uno de los episodios del libro ocurre en el crucero de la sexta avenida y once calle, pues esa vez venía yo manejando mi Corvair cuando el Choco me dijo que se había tomado un frasco de barbitúricos y se bajó del auto en esa esquina mientras el semáforo me marcaba rojo. Hallé estacionamiento hasta frente al Cine Lido y corrí calle arriba rumbo al Lux. Pero cuando llegué ya los bomberos se encargaban del agónico Choquito, de cuya suerte supe hasta el día siguiente. Espero pues que tanto los viejos devotos lectores de esta novela, así como los nuevos y recientes, me acompañen a charlar sobre el juvenilismo literario oyendo rock de los 60 y degustando un coctel junto a Virsa Valenzuela, José Luis Perdomo, Francisco Méndez, Carlos García Escobar y Felipe Valenzuela.

El otro libro se presentará el jueves 5 de noviembre, también a las 18:30, en la FLACSO (3ra calle 4-44, zona 10), y se trata de mi Breve historia intercultural de Guatemala, un intento de sintetizar nuestro proceso de formación como país, desde el poblamiento de América hasta esta mal llamada “era democrática”. La edición es de la FLACSO, y será presentada por Trudy Mercadal, profesora de la Maestría en Estudios Culturales de esa institución, y por Heini Villela y Mónica Mazariegos, del Grupo Intergeneracional. (Por cierto, esta maestría está convocando en noviembre a una segunda promoción cuya actividad empezará en enero del 2016). Pero volviendo al libro de marras, éste fue escrito para guatemaltecos que, como a mí y a tantos otros, no les enseñaron la historia de nuestro país en la escuela ni en la universidad, o se las enseñaron de manera torcida, como cuando los profes le decían a uno que los conquistadores les habían traído a los nativos la “civilización”, la “cultura” y “la verdadera fe”, y que por eso había que estarles agradecidos. Ojala puedan acompañarnos esa noche a conversar sobre este y otros episodios de nuestra historia. Con coctel, claro.

A estas alturas debo disculparme con quienes están rabiando al leer este artículo, pensando que se trata de tres vulgares comerciales. Les explico que lo hago porque no separo mi periodismo de mi literatura, sobre todo al desplegar mis tareas de aprendiz de intelectual público. De modo que más que a comprar libros (como si vendiera salchichas y me hiciera rico), estas invitaciones son para compartir algunas variantes de lo que hago en la prensa y que no es sino la exposición pública de lo que pienso sobre lo que ocurre en mi país y en el mundo, así como lo que, hasta donde me asiste “la luz del entendimiento”, tendríamos que hacer para superar nuestros problemas nacionales. A propósito, el próximo miércoles los invito a leer aquí mi artículo “Interconexión y conciencia crítica, o de cómo el uso de un medio le otorga a éste su sentido final”. Uf. No son tres sino cuatro los vulgares comerciales. Lo siento. Aunque después de todo vivimos en la sociedad del espectáculo y así es como se capta la díscola y huidiza atención del prójimo, ¿no?

Mario Roberto Morales
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