Venezuela, la Cuba de hoy
Carlos Figueroa Ibarra
Cuando el mundo progresista recién celebra el inicio moderado de la distensión entre Cuba y los Estados Unidos de América, el presidente Barak Obama cambia de enemigo en Latinoamérica y anuncia que considera a Venezuela una amenaza a la seguridad nacional estadounidense. Cuando la amenaza comunista ha desaparecido, y la propia Cuba ha iniciado un proceso que busca meter la economía de mercado en la isla, la Casa Blanca ha elegido al gobierno de Nicolas Maduro para atacarlo de manera inmisericorde.
Se trata de una acción concertada con diversos actores para derrocar al gobierno venezolano. Golpearlo en el momento en que se enfrenta a un proceso electoral, tentativas de golpe de estado y una crisis económica. Se busca infundir miedo con respecto a un enfrentamiento con el imperio. La presión internacional es fuerte e incluye a un ex presidente colombiano (Pastrana) y uno chileno (Piñera) pretendiendo entrar a la cárcel en donde se encuentra el líder opositor Leopoldo López. También las presiones al presidente Santos para que se pronuncie sobre la tentativa de Pastrana y finalmente un respaldo a la causa de la libertad de López que incluye al presidente Obama y al vicepresidente Biden, al Papa Francisco, Rajoy y los expresidentes Arias, Cardoso, González, Aznar, Lagos, Piñera, Toledo, Pastrana, Uribe, La Calle, Calderón, Quiroga, Hurtado y Prodi.
La búsqueda de un concierto latinoamericano que ha estado propiciando Washington y la derecha latinoamericana, es parecida a la que en 1954 enfrentó Guatemala cuando se aisló al presidente Arbenz en un proceso que culminaría poco tiempo después en su derrocamiento. La vieja arma anticomunista de contraponer democracia a dictadura, la estamos viendo hoy esgrimida contra Venezuela. Como se usó y se sigue usando contra Cuba mientras que no se esgrime contra China, país que exhibe un innegable autoritarismo. Es imposible para los Estados Unidos un bloqueo a China por la magnitud de ésta y porque la interdependencia entre ambos países es tan grande que una acción de esta naturaleza se le revertiría devastadoramente. También resulta impensable desestabilizar a China como lo han hecho con Guatemala, Cuba, Grenada, Nicaragua y ahora lo están haciendo con Venezuela. Obama ha declarado que Venezuela le ha ocasionado una «emergencia nacional» y es amenaza a la seguridad nacional estadounidense. ¿Tiene Venezuela armas químicas, biológicas o nucleares como se mintió con respecto a Hussein en Irak? Lo que según Washington hace que resulte Venezuela una amenaza a la seguridad nacional es que en dicho país hay erosión de las garantías de derechos humanos, persecución de opositores políticos, restricciones a la libertad de prensa, violencia y abusos a los derechos humanos para responder a protestas antigubernamentales, arrestos arbitrarios y detención de manifestantes antigubernamentales y corrupción pública significativa.
Esto y más es lo que se vivía con las dictaduras militares que Washington apoyó con entusiasmo en el pasado. Washington considera una amenaza a Venezuela porque el chavismo desarticuló sus planes imperialistas (ALCA) y porque propició la independencia actual de varios países latinoamericanos con respecto al imperio. Hoy le pasa la factura.
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