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¿Unidos Podemos?

Edgar Celada

¿ Qué acontecimiento marca el momento internacional de la última semana: la suspensión provisional de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil o el acuerdo entre Podemos e Izquierda Unida para formar una coalición electoral hacia los comicios generales del próximo 26 de junio en España?

¿Qué lecciones o qué significación tienen, en perspectiva, para Guatemala ambos acontecimientos?

En Brasil, se ha escrito profusamente durante estos días, se impusieron las triquiñuelas del sistema para producir un “golpe blando”, para el cual funcionan las formalidades institucionales, se judicializa la política y pierde la democracia. Aquí, en Guatemala, tañen campanas triunfalistas anunciando el “fin del populismo”, como antes repitieron loas por “el fin de la historia”. Se frotan las manos y van por Venezuela.

Lo de Brasil, sin embargo, parece lejos de ser ya una lotería cantada o pasada. No se ha dicho la última palabra porque, en voz del chileno Salvador Allende “no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza”.

Se abre en el país sudamericano un período de más intensas luchas sociales y políticas, en un trasfondo de inestabilidad alentado por quienes, una vez más, muestran la liviandad del discurso democrático cuando están en juego los grandes intereses oligárquicos e imperiales.

En Brasil vemos una izquierda obligada a hacer balance de sus errores estratégicos, empezando por la política de alianzas: Luiz Inácio Lula da Silva, Rousseff y otros líderes del Partido del Trabajo, pagan el costo de haber puesto ellos mismos, dentro del gobierno, el alacrán llamado Michel Temer y Movimiento Democrático Brasileño, en aras de retener electoralmente a las veleidosas capas medias.

Salvando las diferencias históricas, sociales y culturales entre Brasil y España, un dilema parecido afronta la novísima coalición Unidos Podemos, en la cual Izquierda Unida accede a arriar, del nombre de la alianza anunciada el viernes 13 de mayo, la bandera de su identidad histórica: la izquierda.

¿Logrará su cometido electoral ese desdibujarse? Pero también: ¿Hace el hábito al monje o es al contrario, se es de izquierda porque se lleva el membrete o porque se actúa en consonancia con los intereses populares?

Las respuestas, para el caso de España, siguen siendo una fuga hacia un futuro en el cual ya está inscrito el fin del bipartidismo postfranquista, que pondrá a prueba la viabilidad de un proyecto social alternativo, nacido de la indignación ciudadana.

Tender puentes sólidos y duraderos hacia las capas medias, establecer alianzas sin vanguardismos ni subordinación, forjar las herramientas orgánicas del proyecto nacional-popular, formular el programa democrático de ese proyecto, tales son algunas de las proyecciones que las experiencias brasileña y española ofrecen al movimiento progresista en Guatemala.

Es eso, o conseguirnos el Manual para vivir con la derrota, sugerido por Gerardo Guinea Diez en Fiticón, su más reciente novela.

Fuente: [http://www.s21.gt/2016/05/unidos-podemos/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Edgar Celada Q.
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