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Un Presupuesto para que continúe la corrupción y la pobreza

Las generaciones que aún no nacen ya están endeudadas por decisión de los congresistas.

Irmalicia Velásquez Nimatuj

Mientras Guatemala no tenga un Congreso con otro nivel de diputados, la historia anual de ser testigos de cómo el dinero que pagamos –a través de impuestos directos e indirectos– será una película repetitiva que mantendrá las prioridades de las elites económicas, políticas y militares pero no las urgencias de los pueblos del país y menos las de las mayorías excluidas para que salgan de la enfermedad, la pobreza, las pandillas y luchen aquí, en lugar de tener que marcharse. Es increíble que esto ocurra, a pesar de la crisis humanitaria que enfrentan miles de familias y personas que están dejando Guatemala y se están ubicando en inhumanos campamentos en Tijuana, México, con la esperanza de lograr asilo o ingresar por cualquier medio a los Estados Unidos.

En el tema económico el trabajo de los diputados debería de ser construir un Presupuesto nacional colectivo y democráticamente para lograr un impacto que implique sacar a Guatemala del vergonzoso lugar en el que se ha estancado.

Ahora tenemos un Presupuesto, que se nutrirá de los impuestos que aún no se recaudan y ridículamente de deuda, tanto interna como externa. O sea, las generaciones que aún no nacen ya están endeudadas por decisión de los congresistas. Además, este documento mantiene la segregación de las poblaciones de Guatemala, al condenar a las comunidades que más lejos están a que se mantengan pobres, así sus vidas no cambiarán sino empeorarán.

Países como Guatemala necesitan presupuestos que tengan detrás un trabajo que busque que todos sus habitantes, sin importar en dónde vivan, su edad, el pueblo al que pertenezcan o su orientación sexual, los haga sentir que tienen el mismo valor, que son importantes y que se les dignifica. También debería de ser un presupuesto moral que no sirva para el continuo enriquecimiento de una elite tradicional o emergente, sino para que ninguno de sus habitantes se quede atrás.

Para que Guatemala cambie, debe cambiar la forma en que se elabora el Presupuesto General y sobre todo, la forma en que se ejecuta en las dependencias, pero para lograrlo se necesita un verdadero liderazgo nacional y eso, eso es lo que ahora no tenemos.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj