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Un pacto sucio

José Manuel Torres Funes

Atravesamos una época en la que un pacto ficcional (diferente al que promueve el arte) nos condiciona para todo y nos impide juzgar con lucidez la realidad o las realidades que se nos presentan. Hemos aceptado –sin oponer resistencia, es más, de buena manera– e integrado la falsedad de enunciados ficcionales. Para ser simples: creemos que creemos en las mentiras de las mentiras. Este pacto (por no decir muchos pactos) se ha convertido en la articulación de nuestra vida en sociedad.

Nos hemos acostumbrado a mentir y a aceptar las mentiras; nuestros cuerpos y nuestras mentes se condicionan para aceptar la impostura, inclusive versiones más rebuscadas como ser la impostura de la impostura.

Entre el espectro de posibilidades que nos ofrece la fabricación de una realidad más o menos ficcional y “virtual”, existen vías creadas expresamente para sustraer al individuo de la realidad primordial, como la llama Ortega y Gasset.

Lo preocupante es que estas vías, que nos llevan, entre otras cosas, al consumismo desenfrenado, son el origen de otras dependencias que actúan y gobiernan nuestras existencias.

Y en lugar de que estas ficciones, a la inversa de la ficción literaria, sean instrumentos para obrar o comprender mejor la realidad, nos alejan de la misma realidad, extirpándonos de paso, lo mejor de nosotros.

El mundo no está en una etapa reflexiva; estamos en una etapa neurótica.

Fuente: Escribir la vida

José Manuel Torres Funes