Un asalto militar fallido
El fascismo necesita controlar el pensamiento y generalizar el intelicidio.
Mario Roberto Morales
El sistema FLACSO no aceptó la candidatura de Adrián Zapata, impuesta por el gobierno de Pérez Molina, para que fungiera como director de la sede local de la institución. Esto ocurrió el jueves 29 de mayo, día en el que, entre las nueve de la mañana y la una de la tarde, un contingente de ocho soldados se mantuvo vigilante frente al edificio de la FLACSO-Guatemala. Se supo que el Ejército irrumpiría en la sede en cuanto se hiciera oficial el nombramiento del candidato impuesto, para confiscar computadoras y documentos, pues el fascismo local percibe a esta institución como un “nido de guerrilleros”. Los militares no contaron empero con que el sistema FLACSO no se dejaría intimidar por su triste y deslucida caricatura pinochetista, y ésta se vio frustrada por el debido cumplimiento con la normativa interna de este sistema intergubernamental.
El esbozo de “plan de trabajo” que presentó Zapata para dirigir la institución consta de menos de dos cuartillas en las que consigna que sus objetivos son, entre otros, revertir la “desnaturalización” en la que ha caído la sede local al convertirse en un espacio que privilegia el “activismo social”, y contravenir la polarización en la que ha caído la sociedad guatemalteca valiéndose de la FLACSO. Por otro lado (La Hora 29-5-14), Zapata declaró que buscaba “recuperar el carácter gubernamental” de la sede local, sin aludir a la naturaleza intergubernamental de la institución.
Le toca a la Secretaría General de este sistema académico nombrar, el 21 de julio, fecha en que se retirará la actual directora interina, a otro director transitorio, dando así un compás de espera de cuatro meses para que el sistema FLACSO y el Gobierno acuerden quién será el director titular de la sede guatemalteca.
Según el criterio institucional, Zapata quedó fuera de esta jugada. Lo cual es una pequeña victoria frente a la lógica dictatorial del fascismo neoliberal, el cual busca controlar el ejercicio de las ciencias sociales autónomas en el país, como una forma de controlar a su vez la versión de la memoria histórica que quedará plasmada oficialmente en relación a nuestro pasado reciente de terrorismo de Estado y genocidio. Por ello, es de esperar que el nuevo director interino tenga un perfil ideológico distinto al del fallido candidato impuesto y que el Ejército se abstenga de intimidar al personal de la FLACSO-Guatemala haciendo despliegues militares frente a sus instalaciones e, igualmente, de recurrir a otras medidas castrenses de control y espionaje, como el jaqueo del sitio electrónico de la institución y de su servicio de correo electrónico, los cuales funcionan irregularmente desde el jueves 29 de mayo.
La inteligencia crítica está en la mira del fascismo local porque la educación analítica no le conviene al neoliberalismo, que es el operador del capital transnacional que alienta las mineras, las hidroeléctricas y los monocultivos contaminantes. Y no le conviene porque esta educación forja ciudadanos capaces de comprender lo que el país necesita y no se deja engañar con ideas estúpidas como la que afirma que si los ricos hacen más dinero, derramarán más y mejores migajas sobre las mesas de los pobres. Esto es lo que está en juego en los intentos de militarizar la FLACSO-Guatemala. Pues para tener éxito, el fascismo necesita controlar el pensamiento y generalizar el intelicidio. ¡No lo permitamos!
La inteligencia crítica está en la mira del fascismo local porque la educación analítica no le conviene al neoliberalismo, que es el operador del capital transnacional que alienta las mineras, las hidroeléctricas y los monocultivos contaminantes.
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