Irmalicia Velásquez Nimatuj
Presenciaste mi transfiguración,
te sentaste en el palco de honor.
¿Qué esperabas?
¿Que yo te descubriera,
que llorara?
Lo que viste no te gustó.
Me hubieras querido ver
como un pájaro sin alas,
como un leopardo sin garras,
como una arboleda sin ramas.
Hubieras querido deleitarte
con mi sufrimiento.
Me volteé de golpe,
no tuviste tiempo para disfrutar mi dolor.
Y antes de que giraras,
yo ya estaba en pie,
como un roble centenario
fuerte y frondoso.
Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes
- En 2022 “la economía de Guatemala fue la mejor” ¿para quién? - 23 enero, 2023
- Thelma Cabrera y Jordán Rodas: ¿la posibilidad de construir una nación alterna? - 15 enero, 2023
- El camino trágico de Pedro Castillo ante el poder oligárquico - 24 diciembre, 2022
Comentarios recientes