Llamas más de veinte mil
excitadas en oxígeno
sobre la piedra de la época
con sus enriquecidas
moléculas de realidad
y ciudades de ranchos
con voces de coronel
a kilómetros por hora
picoteando sangre de pecho
en la distancia
vertida en artefactos
peligrosos
que re-aceleraban la barbarie
de textos oficiales
para que nadie sobreviviese
del infierno
Y el niño que observaba
sin pronunciar palabra
sin su paleta nativa
con su abuelo a la distancia
alejándose
de los años ochenta
entre aquellos bejucos
y el espanto
toda la sangre salpicada a gritos
pintar de rojo las almas
más de veinte mil
masacradas en el oxígeno
de la guerra fría
sobre la piedra de la época.
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