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Además, Trump se mofa de los presidentes centroamericanos…

Irma A. Velásquez Nimatuj

Guatemala, Honduras y El Salvador se convirtieron este año, en países en los que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, experimentó todo tipo de políticas, desde económicas hasta migratorias, pero también, es la región de la cual se ríe a sus anchas en privado o en público. Y sin el mínimo respeto por sus habitantes, especialmente por aquellos que, sin tener relación con sus corruptos gobiernos, son quienes desde el campo o las ciudades producen la riqueza en la región centroamericana como en la mayoría de estados norteamericanos.

Sin embargo, las y los trabajadores que proceden de estos países no son asumidos como seres humanos, ni en EE. UU. ni en sus países de origen. Ellos solo cuentan por las remesas que envían. O sea, en la categoría de generadores de dólares si son importantes para los bancos de la región, quienes se enriquecen sin el menor esfuerzo, al quedarse con el diferencial cambiario de las remesas.

De hecho, los desastrosos gobiernos centroamericanos se han sostenido económicamente por el trabajo de los millones de migrantes –muchos de ellos con niveles básicos de formación, pero que trabajan de 12 a 14 horas diarias– y que desde EE. UU. y otros países envían mensualmente un promedio de US$300. Para el caso de Guatemala se calcula que al finalizar este año, las remesas romperán récord sumando US$10 mil 500 millones. Este envío es producto del trabajo en múltiples áreas en donde laboran honestamente, haciendo los trabajos que los ciudadanos de ese país no harían ni pagándoles el doble. Por eso, indigna escuchar al presidente Trump etiquetarlos como “lo peor de nuestros países” o generalizarlos de “criminales”, cuando sin esos brazos los empresarios de EE. UU. o los de Guatemala, no serían tan millonarios como lo son.

Además, Trump se mofa de los presidentes centroamericanos, como lo hizo con Jimmy Morales, a quienes recibió para dorarle la píldora, mientras al dar la vuelta se ríe de ellos y denuncia como una exquisita victoria, cómo los presionó quitándoles US$500 millones de ayuda para obligarlos a firmar acuerdos inhumanos para detener la migración. Morales, ha terminado siendo el tonto útil a los perversos deseos de Trump.

Fuente: [https://elperiodico.com.gt/]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj