Vientos de vacaciones parte III, de Oxwell Lbu.

Durante el día las patojas y patojos eran los reyes de las calles, estas eran inundadas no solo por sus juegos, también por sus carcajadas y esa alegría que todo lo pinta de colores. Pero al caer la tarde, uno a uno los enamorados empezaban a sumarse…Parejas tomadas de la mano, otros esperando a la novia en la esquina o en una estación de autobús, otros regresando junto a los adultos después de una jornada de trabajo. Al tenderse el manto de la noche, el cielo se tapizaba de estrellas y en el firmamento se veían las montanas y el coloso volcán, en el cielo la luna con la cara tiznada miraba a las parejas de enamorados y a los que recién despertaban a esos llamados de la vida, que los sacaba de su guarida y los hacía ir de casaría, recorriendo las calles de la colonia.