El camino es nuestros pasos. Julio C. Palencia.
Salí de Guatemala en enero 21 de 1982. El mismo día que, ya en el autobús, leí en el periódico sobre la muerte de Edgar Palma Lau, junto con otros combatientes, en una casa de Tikal II. Muy temprano, mi suegro, Raúl Pedroza Montenegro, nos había encaminado a Paty y a mí hasta la terminal de autobuses, en donde ya para despedirme le dije: en dos años estaremos de regreso. Don Raúl falleció hace muchos años y yo cumpliré 29 de estar fuera de Guatemala. El futuro se nos plantea siempre como una incógnita.
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