Producir para creer, de Mario Roberto Morales

El engaño y la decepción llevan a la desesperanza y al escepticismo como mecanismos de defensa contra el dolor que nos produce la desilusión, sobre todo si ésta es reiterada y pertinaz. En el plano individual, Nietzsche lo sintetizó en este aforismo de su libro Más allá del bien y del mal: “Lo que me abruma no es que me hayas mentido, sino que ya no pueda creerte en lo sucesivo”.